La directora del Departamento de Coordinación Técnica y Jurídica de la Presidencia del Gobierno, Beatriz Pérez Rodríguez, ha emitido una comunicación, a petición de El Debate, sobre la carta que se hizo pública hace algo más de un año con el sorprendente giro de Pedro Sánchez sobre el Sahara acatando las peticiones que Marruecos llevaba décadas reclamando.
Fue Rabat quien hizo públicas las cesiones del Gobierno de Sánchez acatando la propuesta de autonomía marroquí y acabando de un plumazo con la tradicional posición de la diplomacia española. Unos días después, El País publicó la carta que habría mandado Sánchez a Rabat con el cambio de postura, con faltas y sin mención a Ceuta y Melilla.
Tras una petición de El Debate de la carta original, documentación "donde conste el medio y fecha de remisión de la misma", "autoridad o funcionario que ordenó y realizó tal remisión", documentación mediante la cual el presidente ordenó "la realización de la carta", "identidad de la autoridad a quien se lo solicita" y también copia de los "informes remitidos al presidente que justifican" la necesidad de remitir la misiva al Rey de Marruecos, desde la Secretaría General de Presidencia del Gobierno han señalado al citado medio que no consta "documento o contenido" alguno relativo a estos asuntos.
"Le informamos que en el ámbito de la Presidencia del gobierno no existe documento o contenido que se corresponda con la información solicitada por lo que al no existir objeto sobre el que ejercer el derecho de acceso procede la inadmisión a trámite de la solicitud".
Un párrafo que supone, subraya El Debate, toda una confesión por parte de Moncloa: que no sabe ni quién ni cómo ni en base a qué informes se remitió dicha carta puesto que no se aporta ni una sola huella de su existencia a pesar de la petición oficial por parte del medio.
El modo en que se conoció el giro en la posición del Sahara provocó estupor desde el principio: primero, por el hecho de que fuera Rabat quien hiciera pública una información de esta trascendencia; después, por la filtración a El País de la carta dirigida por Sánchez a Mohamed VI, fechada cuatro días antes de que se conociera el cambio, y en la que el presidente calificaba la "propuesta marroquí de autonomía presentada en 2007 como la base más seria, creíble y realista para la resolución de este diferendo".
La decisión de Sánchez llegaba tras una escalada de las tensiones con Marruecos, con su punto culminante en el asalto a la valla de Melilla. Tras la carta, trascendió el espionaje a través del software Pegasus a miembros del Gobierno, entre ellos el presidente. Las principales sospechas recayeron desde el principio sobre Marruecos.
El Debate, tras la confesión de Moncloa, apunta la posibilidad de que la carta en realidad nunca existiera y fuera en realidad redactada por Marruecos y asumida luego por Sánchez. La respuesta final desde Presidencia al citado medio llega después de varias resoluciones desde Transparencia.