Menú

Javier de Andrés, el hombre llamado para hacer renacer al PP vasco

Su reto es triple: no perder votos ante Vox y ganar sufragios entre los descontentos con la gestión del PNV y los pactos del PSOE con EH Bildu.

Su reto es triple: no perder votos ante Vox y ganar sufragios entre los descontentos con la gestión del PNV y los pactos del PSOE con EH Bildu.
Javier de Andrés, presidente del PP de Álava | EFE

El Partido Popular del País Vasco camina por la travesía del desierto electoral desde hace años. Los resultados no acompañan y cita tras cita con las urnas ha ido sufriendo una cruenta sangría continuada de votos. De nada han servido las renovaciones internas, los cambios de caras, o el regreso a veteranos dirigentes que fueron determinantes y caras visibles en las épocas de mayor esplendor del partido.

Su récord de sufragios en unas elecciones autonómicas se sitúa en 2001, cuando Jaime Mayor Oreja soñó con ser lendakari y sacar al PNV de Ajuria Enea. Cosechó entonces 326.933 votos, aupado no sólo por la posibilidad de que el nacionalismo dejase de gobernar la región, sino también por la mayoría absoluta que acababa de conseguir José María Aznar en las generales y por la ruptura del mito de la imbatibilidad de ETA.

Desde ese momento, la situación no ha parado de empeorar. En las últimas elecciones vascas, en julio de 2020, el progresivo desvanecimiento electoral de los populares hizo que tan sólo convencieran a 60.650 ciudadanos vascos para que introdujeran su papeleta en la urna. Incluso Álava, el territorio histórico que fue el gran feudo vasco del PP, donde llegó a gobernar tanto la Diputación Foral como el ayuntamiento de Vitoria, les ha ido dando la espalda.

El PP vasco apuesta ahora por uno de sus veteranos para tratar de hacer renacer el partido. Se trata de Javier de Andrés, que en las últimas semanas ha conseguido reunir el apoyo de todas las estructuras del partido para tratar de reflotar la situación. Incluido el de los pesos pesados de la estructura y el de la que, según algunas quinielas, podía haber sido incluso otra de las posibles candidatas a dirigir el partido, la también alavesa Laura Garrido Knörr.

De Andrés, que estudió periodismo, comenzó su trayectoria en el PP como jefe de prensa en Álava (1995-1999), pero rápidamente fue llamado por el histórico Ramón Rabanera, que en ese momento estaba al frente de la Diputación Foral, para formar parte de su equipo. Fue su director de Juventud (1999-2000), Comunicación (2000-2003) y su Jefe de Gabinete (2003-2004), hasta que finalmente fue nombrado Diputado Foral de Obras Públicas (2004-2007).

En 2007 fue el cabeza de listas del PP a las Juntas Generales de Álava, pero pese a ganar las elecciones tuvo que conformarse con ser oposición porque el PSOE decidió entregar la Diputación Foral al PNV. Las volvió a ganar en 2011 y, entonces sí, contó con el apoyo del PSOE, debido a que los populares habían colocado gratis dos años antes a Patxi López en Ajuria Enea y necesitaban al PP para sacar adelante los proyectos del Gobierno vasco.

En 2015 el PNV consiguió desalojarle de la Casa-Palacio de la Diputación alavesa gracias al apoyo del PSOE, y De Andrés saltó de las Juntas Generales alavesas al Parlamento vasco, donde estuvo un año hasta que Mariano Rajoy le llamó para sustituir a Carlos Urquijo como Delegado del Gobierno en el País Vasco (2016-2018). Tras este cargo, dejó la política activa y empezó a colaborar con medios de comunicación y grabó algunos documentales.

El PP le volvió a requerir este año para el reto de las generales del 23J. Necesitaban recuperar sensaciones o, al menos, asegurar el escaño en Álava, que se les había negado en las dos contiendas electorales de 2019, cuando fueron la quinta fuerza política por dos ocasiones consecutivas. De Andrés cumplió con el objetivo, colocó al partido como tercera fuerza política y tomó posesión como diputado el pasado mes de agosto.

Un puesto, en la Carrera de San Jerónimo, en el que no va a aguantar mucho tiempo, porque las elecciones autonómicas vascas se celebrarán el próximo año 2024. El reto es triple. Por un lado, tratar de no perder votos por su derecha, que puedan recaer en Vox, especialmente en Vizcaya y Guipúzcoa, donde el partido de Santiago Abascal no tiene opciones reales de obtener representación y se pierden en el reparto de la Ley D´Hont.

Por el otro, tratar de salir a la calle para pelear con el PNV los decenas de miles de votos de la derecha que en la última década y media se han ido al PNV al calor de los escándalos de corrupción que a nivel nacional han azotado a los populares. Por último, combatir por el PSOE con aquellos que están descontentos con Pedro Sánchez por sus acuerdos con EH Bildu pero que todavía no se han decidido por depositar el voto azul en la urna.

Temas

En España

    0
    comentarios

    Servicios

    • Radarbot
    • Curso
    • Inversión
    • Securitas
    • Buena Vida
    • Reloj Durcal