
Miles de ciudadanos se volvieron a congregar la noche de ayer martes en los alrededores de la sede nacional del PSOE en la calle Ferraz de Madrid para protestar por las negociaciones que este partido y los independentistas catalanes mantienen para elaborar una ley de amnistía que limpie el expediente de los protagonistas del golpe secesionista de 2017 y los disturbios por la sentencia del Procés en 2019. Todo ello, a cambio de una investidura para Pedro Sánchez.
Un grupo de ultras aprovechó esta convocatoria para reventar la protesta, adueñarse de ella y convertir lo que tenía que ser una manifestación pacífica en una nueva jornada de disturbios y enfrentamientos con las Fuerzas de Seguridad del Estado por segunda jornada consecutiva. De nada sirvió que estos ultras fueran abucheados por la gran mayoría de los asistentes a la protesta o que muchos ciudadanos les reprocharan su actitud.
En su empeño por reventar la protesta, estos ultras lanzaron botellas y adoquines de las aceras contra los miembros de la Unidad de Intervención Policial (UIP) de la Policía Nacional, usaron pirotecnia contra los agentes y, una vez iniciadas las primeras cargas policiales, aprovecharon la ocasión para romper y quemar todo tipo de mobiliario urbano en las calles adyacentes a la propia Ferraz.
Fuentes policiales han explicado este miércoles que esos incidentes callejeros provocaron que un total de 30 agentes antidisturbios de la Policía Nacional resultaran heridos por el impacto de botella y adoquines, teniendo que ser atendidos por los servicios sanitarios. Además, los ultras aprovecharon el descontrol generado para sabotear dos furgonetas de la UIP, a las que rajaron las ruedas para tratar de dejarlas inutilizadas.
Emergencias de Madrid ha informado que, además de a la treintena de policías nacionales heridos, también atendió a otras nueve personas por contusiones, brechas e irritación en los ojos (fruto del uso de gases lacrimógenos para dispersar a los ultras). La Delegación del Gobierno en Madrid ha confirmado la detención de siete personas por los disturbios, de los que seis son adultos (cinco hombres y una mujer) y uno es menor de edad.

