
Junts per Catalunya (JxCat) ocupa el primer plano en la política nacional y logra todo aquello que reclaman al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Su líder en Madrid, Míriam Nogueras, acapara titulares mientras que el prófugo Puigdemont condiciona la situación desde Bruselas. Todo gira en torno a JxCat, pero eso no impide que el partido esté inmerso en una dura batalla entre sus dos principales sectores, el encabezado por la presidenta, Laura Borràs, condenada por corrupción, y el del secretario general Jordi Turull, verdadero hombre fuerte en las negociaciones con el Gobierno y el PSOE.
La novedad de ese enfrentamiento es la expulsión del grupo en el parlamento catalán de la diputada Cristina Casol, afín a Laura Borràs. Casol presentó una denuncia contra el grupo por un supuesto acoso machista que se ha sustanciado finalmente con su expulsión. Después de que la Oficina de Igualdad de la cámara catalana concluyera que no había pruebas que sustentaran la denuncia de Casol más allá de un "machismo arraigado", la ejecutiva del partido ha decidido expulsarla tras una votación en la que ha habido 29 votos favorables al despido, una abstención y ocho en contra, entre ellos el de la presidenta del partido, la antedicha Borràs.
Casol ha señalado que no tiene ninguna intención de entregar el acta, por lo que pasará al grupo mixto como diputada no adscrita en compañía de los tres parlamentarios del PP (para tener grupo se necesita un mínimo de cinco diputados) y del diputado Antonio Gallego, que dejó Vox.
Los ya excompañeros de Casol habían mostrado a las claras que no querían contar con la diputada, elegida como número dos por la provincia de Lérida. A tal efecto enviaron cartas a Turull y a los portavoces del grupo, Albert Batet y Mònica Sales.
Un caso parecido es el de Aurora Madaula, también del círculo de Borràs. Madaula, que además de miembro de la mesa del Parlamento catalán es vicepresidenta del partido, siguió el mismo camino que Casol y denunció en la Oficina de Igualdad de la cámara el supuesto acoso machista de sus compañeros de grupo. Como en el caso de Casol, el asunto será objeto de estudio por parte de una comisión independiente. De momento, Madaula está de baja médica mientras que la presidenta del 'Parlament', su correligionaria Anna Erra, le llegó a pedir que renunciara a su puesto en la mesa dadas las discrepancias con su partido.
Borràs se queda sin aliados dentro de la formación que preside. Turull, fortalecido por su papel en las negociaciones con los socialistas, ha tomado las riendas y pretende minimizar el peso del sector "borrasista" en las decisiones estratégicas de la formación. De entrada, Borràs no era muy partidaria de negociar con los socialistas, pero su postura quedó descartada desde el primer momento por Puigdemont.

