El asesinato de la cocinera de la cárcel catalana de Mas d'Enric, Nuria López, a manos de un preso condenado por el asesinato de otra mujer, ha puesto en pie de guerra a los funcionarios de prisiones. Las cárceles catalanas están traspasadas a la Generalidad, responsable última de la situación crítica que se vive en el interior de las prisiones. El asesinato viene precedido de múltiples incidentes en los centros penitenciarios de la región y ha colmado la paciencia de unos funcionarios que no reclaman aumentos de salario o de plantillas, sino el cese de la consejera de Justicia, Gemma Ubasart, y del responsable operativo de las cárceles, Amand Calderó.
Esa es la primera condición para frenar las protestas y sentarse a hablar con la Generalidad. Mientras Calderó siga en su cargo, mantendrán los bloqueos en el acceso a las cárceles. Tales bloqueos están comportando graves problemas de funcionamiento en el interior de las prisiones, según la consejería de Justicia.
5.500 presos "confinados"
La administración catalana culpa a los sindicatos de lo que pueda ocurrir y difunde datos como que este lunes 5.500 presos no podrán salir de las celdas por los problemas en los relevos de funcionarios dado el corte de los accesos a las cárceles.
Las protestas afectan a las prisiones de Brians 1, Brians 2, Lledoners, Mas d'Enric, Puig de les Basses, Ponet y la cárcel de mujeres de Wad-Ras. Sólo en Quatre Camins y la cárcel de jóvenes hay una cierta normalidad porque los Mossos han impedido los cortes en el acceso de los funcionarios.
La consejera Ubasart y Amand Calderó han comparecido este lunes para anunciar que no dimiten y para ofrecer una reunión a los sindicatos. El gobierno catalán se ha caracterizado en los últimos años por una política penitenciaria que los sindicatos considera excesivamente blanda y muy peligrosa para los funcionarios. En su petición de que dimita Calderó deslizan que este alto cargo, al que responsabilidad de la peligrosidad en el interior de las prisiones, se mantiene en su puesto por los favores que hizo a los golpistas presos que cumplieron gran parte de su condena en prisiones de la Generalidad. Su gestión dio pie a que la prisión de Lledoners se llamara Gran Hotel Lledoners por el trato de favor de los golpistas presos.
Ni una palabra de la víctima
La consejera Ubasart ha lanzado grandes elogios de Calderó, ha dicho de él que el constructor del sistema penitenciario catalán, que en 1984 ya era voluntario en las cárceles catalanas y que es un profesional de reconocida valía. En cuanto al detonante de esta crisis, ni Ubasart ni Calderó han aportado información alguna. La cocinera, de 46 años, fue asesinada por un preso que cumplía condena por el asesinato de otra mujer. Se da la circunstancia de que a pesar de ese antecedente, el preso había sido asignado a la cocina, donde tenía acceso libre a todo el material. Los funcionarios denuncian que ya había protagonizado un incidente con otro preso, al que agredió, y que la cocinera había alertado sobre el carácter conflictivo del sujeto, que se suicidó tras perpetrar el asesinato.