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Crímenes de Manzanares: "Muchos han ayudado a los asesinos"

La viuda de Juan Miguel Isla, el primero de los empresarios hallados en el interior de un pozo, relata los detalles que más le han impactado del caso.

La viuda de Juan Miguel Isla, el primero de los empresarios hallados en el interior de un pozo, relata los detalles que más le han impactado del caso.
Antonio Caba habría asesinado a al menos dos empresarios. | Archivo

"A veces pienso si no sería mejor no saber", confiesa Nardy Molina a Libertad Digital. Ella es la viuda de Juan Miguel Isla, el empresario de Manzanares al que se le perdió el rastro el 22 de julio de 2022 tras encontrarse con un famoso intermediario de la zona. Era Antonio Caba, su presunto asesino. Los restos de su marido fueron hallados ocho meses después en el interior de un pozo de una finca agrícola de Valdepeñas (Ciudad Real) relacionada con el acusado de haberlo matado.

Apenas tres meses más tarde, la Unidad Central Operativa (UCO) encontraba en otro foso a un segundo empresario que también hacía tratos con Caba. De Jesús María González Borrajo no se sabía nada desde el 19 de junio de 2019. En su caso fue asesinado y descuartizado. Los detalles que han ido trascendiendo de los crímenes son escalofriantes. La Guardia Civil ha advertido a Nardy de la "crueldad" que utilizaron y la dureza de lo que queda por venir, cuando se celebre el juicio.

Tuvo oportunidad de comprobarlo el pasado 20 de marzo, cuando se celebró la comparecencia en la que el juez comunicó a las partes los hechos justiciables y las personas investigadas. "Pensé que iba a ser más asimilable, pero todo lo contrario. Fue surrealista", asegura. A Caba, que entró por videoconferencia, no se lo encontró. Pero sí se topó con Gaspar Rivera, su cómplice. Él mismo confesó que ayudó al corredor a deshacerse de los cuerpos.

Cuando vio pasar por su lado a aquel "hombre anciano" llegó a darle "pena", reconoce. "Sientes que hasta le estás traicionando (a su marido) por ello", añade. Pero es que hay algo que no le permite entender "que alguien así haya podido hacer eso". "Hablaba normal. Y en su cara no estaba que había hecho algo malo"., señala. "Te preguntas cómo puede ser que ese hombre te lo haya quitado todo... Y, lo que es peor, que no te lo vaya a devolver", exclama. "Te duele hasta compartir el mismo aire".

Un nuevo imputado

Le sorprendió no ver arrepentimiento o miedo a lo que pueda pasarles en los ojos de ninguno de los acusados, que ya son tres. El juez ha imputado también al gestor de Caba (Juan Carlos S.F.). Los investigadores creen que su colaboración fue fundamental para encubrir los crímenes. El contable "mintió" durante meses en las declaraciones que realizó ante los agentes y "omitió" datos que han sido clave para el esclarecimiento de los hechos. La UCO lo tiene claro: "ayudó" al presunto asesino conscientemente. El objetivo era que no llegaran hasta él.

Nardy no podía creer la actitud con la que este colaborador de Caba llegó al juzgado. "Ves a al otro, que para los agentes era la estructura para que pudiera cometer estos crímenes, con una tranquilidad... Te transmiten que creen que van a salir de rositas. El arrepentimiento ni siquiera puedes dibujarlo en sus caras. Hablaban (Gaspar y Juan Carlos, con sus abogados) con chulería y seguridad", asegura. Por momento, ella se venía abajo. Pero sabe que tiene que mantenerse fuerte.

"Es una situación muy difícil", nos explicaba, "porque ir a Manzanares implica ver la finca donde asesinaron a mi marido". Por otra parte, aún sobrevuela la sospecha de que el único hermano varón de Juan Miguel hubiera podido tener algo que ver con su muerte. Francisco Isla ocultó durante meses un arma que le dio el presunto autor del crimen y que no entregó hasta un mes después de su detención.

¿Quién más ayudó a Caba?

"No sé si consciente o inconscientemente, pero muchos han ayudado a los asesinos porque retrasaron la investigación", afirma. "El cuerpo de Juan Miguel estuvo demasiado tiempo en ese pozo", recuerda, "y esto ha jugado a favor de los que lo mataron". Más aún en el caso de González Borrajo. "Después de toda la crueldad que han usado con Jesús María, no sé si quiero saber más de lo que le ocurrió a mi marido", reflexiona Nardy cuando piensa en lo que tendrá que escuchar cuando llegue el juicio.

Otro de los investigados que podría terminar como imputado es un camarero que la pareja conocía porque trabajaba desde hacía muchos años en un restaurante que solían frecuentar y que estaba muy cerca de la casa de Juan Miguel en Manzanares. "Sabía perfectamente quien era mi marido", asegura Nardy, "y estaba instalado en la finca en la que le mataron". "Eso es porque sabía que no iba a volver", argumenta con el convencimiento de que estaba al tanto de lo que Caba había hecho.

"Esa finca era de Juan Miguel. Él dice que Caba se la había regalado, que le dijo: ‘Esa casilla va a ser para ti porque este tipo se ha ido. Nos vamos a un bar y falsificamos la firma’", recuerda Nardy. "Lo único que le llamó la atención, según declaró, es que iba como un loco y echaba lejía en las cortinas, en el suelo, por todos lados...", añade, "y eso cuando él la estaba viviendo allí". Una versión que -como dice ella- resulta "difícil de creer".

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