Xavier Novell y Sílvia Caballol ya son marido y mujer a ojos de la Iglesia. El exobispo de Solsona y la psicóloga y escritora de novelas eróticas se han podido casar por la Iglesia gracias a la secularización de Novell. Lo ha anunciado Sílvia Caballol en su cuenta de Instagram.
"Creía honesto, después de tanto tiempo que nos acompañáis, no ocultaros que Xavier y yo, finalmente, nos hemos podido casar por la Iglesia gracias a la misericordia del Santo Padre que le ha concedido la secularización", escribe Caballol.
La psicóloga, que también escribió novela erótica con componentes demoníacos, dice mostrarse sorprendida por la "gran calidad humana y espiritual del Papa Francisco" y señala que ya pueden volver a recibir la comunión. También apunta que su marido sigue siendo obispo, "pero sin poder ejercer el ministerio", matiza.
Crítica a la ocultación de la renuncia
La publicación en Instagram de Caballol incluye fotografías de la pareja tras el enlace matrimonial. En ellas se aprecia al exobispo mucho más delgado. En cuanto al texto, Caballol añade que "muchos habría preferido ocultar esta información, pero siempre he creído que si alguien está convencido de lo que hace y siente, hay que apostar por la naturalidad, la normalidad, la transparencia, ir de cara, sin dejar margen a la especulación, y caminar bajo la luz. La oscuridad no creo que sea lo que merece nuestro amor, ni la Iglesia. Tampoco creo que la ocultación que acompañó la renuncia de mi marido hace dos años y medio fuera para nada un acierto".
Fue en agosto de 2021 cuando trascendió la renuncia de Novell, que se casó por lo civil casi inmediatamente. Tras el enlace se trasladó a vivir a un pequeño piso de Manresa y entró a trabajar en una empresa dedicada a la extracción de semen porcino. Ya entonces anunció su intención de casarse por la Iglesia. En abril de 2022, Novell fue padre de dos niñas gemelas.
Novell fue uno de los obispos que abanderaron el proceso separatista con sermones y hojas parroquiales a favor del "derecho a decidir" e instando a votar a los partidos separatistas. También era un destacado representante de la línea más ortodoxa de la Iglesia y sus opiniones sobre la homosexualidad le granjearon la enemistad de amplios sectores sociales, que consideraban que el entonces obispo era demasiado conservador.