Vox huirá de las expectativas en las elecciones vascas y catalanas, para evitar errores pasados. Los de Santiago Abascal intentarán marcar distancias con el Partido Popular durante la campaña, haciendo hincapié en aquellos temas que les distinguen, además de presumir de éxitos en las comunidades en las que gobierna con los de Alberto Núñez Feijoo, como ocurre con las leyes de concordia que sustituyen a las de memoria histórica.
Las encuestas para estos comicios auguran un apoyo similar al que obtuvieron en las pasadas elecciones vascas del 12 de julio de 2020, cuando Vox cosechó 17.517 votos, el 1,96% del total, logrando entrar en el Parlamento Vasco y asegurando un asiento para su cabeza de lista por Álava y actual candidata Amaia Martínez. El objetivo, ahora, es mantener ese escaño para evitar confirmar la tendencia a la baja que arrastran desde el 23-J, y que siguió en las gallegas.
La falta de estructura podría lastrar sus resultados, especialmente en un territorio tan difícil y donde tienen una escasa penetración, debido a su rechazo de los privilegios forales. Fuentes de Vox trasladan a Libertad Digital que esperan que la campaña sea menos violenta y haya suficiente presencia de la Ertzaintza para evitar lo ocurrido hace cuatro años, cuando el partido sufrió todo tipo de ataques, llegando a resultar herida la diputada Rocío de Meer.
El programa electoral con el que concurren a las elecciones difiere poco del de 2020: acabar con la imposición del nacionalismo vasco, combatir la inseguridad, la okupación y la inmigración ilegal, al tiempo que lucharán para "proteger al sector privado golpeado por la burocracia verde". En términos lingüísticos, los de Abascal defienden que se garantice el derecho a usar el español, así como derogar las leyes socialistas que "imponen un pensamiento único". Prometen, además, enfrentar "cada acto de legitimación, justificación u homenaje al terrorismo".
Más estructura en Cataluña
En el País Vasco los de Abascal se juegan mucho menos que en las elecciones catalanas, dada la trascendencia de estos comicios para todo el país, pero en especial para Vox, ya que el partido parte de una posición muy alta. En 2021 lograron ser primera fuerza política de los partidos constitucionalistas, con un 7,7% de voto y 11 diputados, que después se quedaron en 10 por el paso de Antonio Gallego a los no adscritos. Consiguieron más que la suma de PP y Cs.
Cataluña es la comunidad en la que tienen mayor implantación territorial, lo que será determinante para que los de Ignacio Garriga puedan repetir resultados, a lo que también podría contribuir su fichaje estrella para estos comicios: el de la expresidenta de S'ha Acabat!, Júlia Calvet, como número seis en la lista que cerrará a modo simbólico Juan Carlos Girauta, número tres en las elecciones europeas.
En el caso de que se confirme la pérdida de escaños que le otorgan algunas encuestas, que les sitúan en los 9 diputados, el partido enlazaría varios comicios a la baja, lo que lastraría sus expectativas de cara al Parlamento Europeo. La mayor incógnita será saber, también, si se produce sorpasso del PP, lo que sería un nuevo golpe para la formación de Abascal, después de cuatro años liderando la oposición, dado que ambos partidos excluyen al PSC de la denominación de partido constitucionalista.