La encuesta correspondiente al mes de abril del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) que preside el socialista José Félix Tezanos, se ajusta una vez más como anillo al dedo a las consignas del Gobierno: por un lado el PSOE mejora resultados y por el otro Sumar, cada vez más despreciado y desplazado por Sánchez y los suyos, cae con mucha fuerza.
Además de eso, el presunto sondeo mantiene al PP en cabeza con una estimación de voto del 33,5%, pero mientras los populares se dejan medio punto respecto a marzo, el PSOE se recupera y sube más de un punto hasta el 32,5%, dejando la diferencia entre ambos partidos reducida a solo un punto, frente a los 2,7 del mes anterior.
Además de eso, la supuesta encuesta recoge que Vox se consolida en la tercera plaza: los de Abascal se mantienen planos con una tendencia ligeramente alza –gana un par de décimas en la comparación con marzo– y una estimación de voto del 10,1%.
Por último, quizá el dato más llamativo de la aparente encuesta es que Sumar cae por segundo mes consecutivo y ahora marca un pobre 8,2% de intención de voto, un punto menos que en marzo y dos menos que en febrero, en un desplome notable para las cifras en las que suele moverse el CIS. Además, la bajada de los de Yolanda Díaz coincide casi a la décima con la subida del PSOE y, para más INRI, al mismo tiempo Podemos sube hasta el 3,1%.
La encuesta ha contado con 4.032 entrevistas telefónicas realizadas los cuatro primeros días de abril y el margen de error técnico es de más/menos un 1,6%, aunque todos sabemos que las posibilidades de que el CIS yerre son infinitamente mayores, pues es lo que ha hecho en la gran mayoría de convocatorias electorales de uno u otro tipo desde que José Félix Tezanos controla el instituto público.
Por tanto, la encuesta debería haber recogido el efecto de la aparición del caso Koldo y los escándalos y las informaciones sobre los tejemanejes de Begoña Gómez y las relaciones entre sus negocios y empresas contratadas, subvencionadas o rescatadas por el Gobierno; así como la cacería fiscal, política e informativa que está sufriendo el novio de Isabel Díaz Ayuso y, a través de él, la propia presidenta de la Comunidad de Madrid.