
El prófugo Carles Puigdemont comienza a emitir signos de desesperanza. Los avances en las negociaciones entre republicanos y socialistas para investir presidente de la Generalidad a Salvador Illa le preocupan y alteran hasta el punto de que no se ha podido contener y ha emitido un mensaje en la red social X en el que culpa a "determinados medios" de una "presión" que califica de "indecente" para nombrar a Illa, al que define como "candidato de la España del 155".
La pressió que estan exercint determinats mitjans perquè el candidat de l'Espanya del 155 sigui president de la Generalitat és indecent. Però molt. Distorsionen notícies i s'inventen suposades jugades mestres per tal de crear una guerra de nervis entre @JuntsXCat i @Esquerra_ERC,…
— krls.eth / Carles Puigdemont (@KRLS) July 17, 2024
En el mensaje Puigdemont tira la piedra pero no concreta qué medios son los que "distorsionan noticias y se inventan supuestas jugadas maestras para crear una guerra de nervios entre Junts y ERC y así allanar el camino al candidato del régimen". La mayoría de los medios se hacen eco de las negociaciones y de los avances relativos a la financiación "singular" de Cataluña. También aluden a que el único escollo para el pacto son los militantes de ERC, que tendrán la última palabra. Y es a ellos a quien se dirige en realidad Puigdemont, en un intento a la desesperada para propiciar la ruptura entre socialistas y republicanos.
"Da risa la cantidad de gente de derechas que quiere un gobierno que sólo sería posible con los Comunes. Son los mismos que había tras la operación Manuel Valls y son, por tanto, los responsables de la decadencia de Barcelona. Los mismos que en privado maldicen los impuestos, a los comunistas, las normas, los controles, la inseguridad, la parálisis burocrática...", se desahoga el prófugo.
"Golpistas togados"
También se lamenta de la no aplicación de la amnistía, pero sus quejas van más allá: "Qué país, periodistas, empresarios, jueces, policías y jugadores de fútbol haciendo política a todo trapo y algunos políticos, casualmente siempre los mismos, sin poder hacer política en libertad. La pandereta y la banana hace tiempo que no son suficientes para describir la 'democracia' española y a sus aduladores. A ver si tiene el mismo afán y coraje para hablar a fondo del verdadero problema, el grupo de golpistas togadas (y algunos que no llevan toga) que han decidido que una ley de amnistía no debe amnistiar".
Puigdemont denuncia que ese hecho, la no aplicación de la amnistía a pesar de lo que le contó su letrado Gonzalo Boye, "sí que es un elemento distorsionador de todas las estrategias, además de ser por encima de todo un desafío a la autoridad del Congreso español. Pero me temo que su coraje no llega a tanto". Puigdemont se olvida de que él mismo se pasó la autoridad de las Cortes por debajo del arco del triunfo, así como los requerimientos del Tribunal Constitucional, más de cinco, para que no llevara a cabo el referéndum ilegal de autodeterminación.
Después de unos meses con los focos alumbrando su figura, Puigdemont ha vuelto al ostracismo en el que se encontraba antes de los resultados de las elecciones generales del 23 de julio del año pasado. Esos resultados, que otorgaron a su partido siete escaños determinantes para la investidura de Pedro Sánchez, fueron utilizados como palanca por Puigdemont para lograr una ley de amnistía cuya supervisión final fue cosa suya, hasta el punto de aplazar la aprobación para introducir supuestas "garantías" que luego han resultado no ser operativas ni aplicables en el caso de la malversación. Ese hecho y haber quedado por detrás del PSC en las autonómicas del pasado 12 de mayo han devuelto a Puigdemont a una posición sumamente incómoda. Y en caso de cumplir su palabra de regresar a España para la sesión de investidura catalana, sea cual sea el candidato, corre el riesgo de ser detenido, un escenario que se niega a asumir.