
ERC quiere llegar rápido a un acuerdo para investir como presidente de la Generalidad al socialista Salvador Illa. El horizonte que se plantea la formación republicana es alcanzar el pacto a finales de este mes, cuatro semanas antes de que expire el plazo para una investidura, el 26 de agosto. A tal efecto y a modo de presión, el partido de Marta Rovira abre la semana con un artículo en La Vanguardia con su firma y la del resto del equipo negociador (Josep M. Jové, Marta Fernández, Juli Fernández y Oriol López) en la que muestran sus condiciones para investir a Illa.
"Sin un paso adelante claro y decisivo hacia la soberanía fiscal no habrá ningún acuerdo de investidura posible. No podemos avalar un Govern que renuncie a resolver el déficit fiscal que hace décadas que lastra el progreso social y económico de Cataluña", advierten los republicanos en su carta. Y tras asegurar que cada año se van 22.000 millones de Cataluña los republicanos sostienen que el "paso de gigante" en material fiscal "no puede ser un consorcio entre la Generalidad y el Estado en una operación de maquillaje para que todo continúe igual. Y tampoco pueden ser nuevas promesas de financiación que nunca acaban de concretarse. El paso de gigante que hoy necesita Cataluña es un cambio de modelo de financiación estructural, permanente e irreversible". Es decir, el concierto vasco.
"Cataluña tiene que dejar de ser tratada como menor de edad. En un contexto económico que nos aboca al fin de los presupuestos expansivos por toda Europa, necesitamos una financiación singular que avance hacia la plena soberanía fiscal, basada en la relación bilateral con el Estado y la recaudación, gestión y liquidación de todos los impuestos. Que contemple abonar al Estado los servicios que realmente presta en Cataluña y atienda a la solidaridad necesaria con el resto de territorios", señalan los republicanos.
La cuestión del referéndum
Pero la "soberanía fiscal" no es la única petición del equipo negociar de ERC: "No podemos obviar la persistencia de un conflicto político de soberanía entre Cataluña y el Estado español, todavía irresuelto. Cualquier posible acuerdo de investidura tiene que pivotar también sobre la construcción de una solución política basada en un consenso amplio de la sociedad catalana sobre el futuro de Cataluña que permita avanzar en la vía abierta de diálogo y negociación con el Estado, con verificadores internacionales, y dar forma a un acuerdo que sea refrendado por la ciudadanía".
"Hace falta que el PSC asuma esta realidad, deje de dar la espalda y se implique activamente en la construcción de esta solución política. La opción que hemos defendido y que defenderemos en esta negociación, legítimamente, es el referéndum. Un referéndum donde quepa todo el mundo, los del sí a la independencia y los del no, porque es la opción más inclusiva y más democrática. Y esperamos que el PSC y el PSOE pongan sobre la mesa su propuesta para resolver el conflicto político, porque todavía no lo han hecho", señala.
Menos de dos semanas
La misiva incluye también cuestiones como reforzar "el fomento del uso social del catalán, el modelo de escuela catalana y la acción exterior" y concluye con una advertencia: "Si el Partido Socialista cumple los acuerdos que quedan por cumplir, y demuestra estar comprometido con los pasos hacia adelante que Catalunya necesita, estaremos en disposición de alcanzar un buen acuerdo para el país. Quedan menos de dos semanas para el plazo que hemos fijado para conseguirlo. Si no fuera así, respetuosamente nos levantaremos de la mesa y los invitaremos a buscar las mayorías alternativas con las que quieran compartir y definir el nuevo ciclo político".
Esos "acuerdos que quedan por cumplir" son, según ERC, la condonación de 15.000 millones de la deuda catalana y el traspaso de las cercanías de Renfe.