
Por si la actual batalla por la presidencia de RTVE no fuera suficiente, la radiotelevisión pública se sitúa ahora en el punto de mira por la escandalosa filtración del 83% de las preguntas del examen de informador que ha llevado a la suspensión de las oposiciones hasta consensuar una nueva fecha. A priori, según ha podido saber Libertad Digital, se barajaban el 2 y el 9 de noviembre, en función de la disponibilidad de las universidades que se han de utilizar para celebrar la prueba. El día 2 era una fecha conflictiva, puesto que cae en medio del puente de Todos los Santos. Sin embargo, esa parece ser la fecha definitiva, según la propia web de RTVE.
En cualquier caso, más allá de aclarar la nueva convocatoria, lo que quieren saber ahora las casi 5.000 personas que se han visto afectadas por la salomónica decisión es quién o quiénes son los responsables de una maniobra que les ha hecho perder tiempo y dinero, puesto que muchos de ellos han tenido que hacer frente a gastos de transporte y alojamiento para nada. "¡Fuera los responsables!" y "¡No queremos chanchullos!", han sido las frases más escuchadas en la concentración que había sido convocada este lunes a mediodía en Torrespaña y Prado del Rey.
"Pedimos comprensión. Fue una decisión que se tuvo que tomar para mantener el proceso transparente y en igualdad de condiciones", les respondía la cuestionada presidenta de RTVE, Concepción Cascajosa, que esta mañana participaba en el acto de presentación de RNE para Todos, la radio para personas sordas, junto a la Reina Letizia. "Todo el derecho a protestar. Quería venir a saludaros para deciros que os estamos escuchando". decía con ánimo conciliador, confiando en que tanto este examen como los que quedan "se pueda hacer de la manera más transparente y más justa".
Los puntos más controvertidos
A priori, hay 11 sospechosos tras la filtración: los 10 miembros del comité encargado del examen y la secretaria que da fe del proceso. Interesadamente o no, lo cierto es que las primeras acusaciones veladas parecen ir dirigidas contra aquellos relacionados con los sindicatos. Sin embargo, a estas alturas, es prácticamente imposible descartar a nadie.
"Configurando un tribunal en el que todos los miembros tienen intereses, es evidente que la filtración es algo que puede ocurrir -advierten las fuentes consultadas por Libertad Digital-. Los sindicatos siempre vamos a tener intereses entre nuestros afiliados, entre nuestros delegados, etc.… Y la dirección siempre va a tener intereses en que entren determinadas personas, y más cuando son directivos nombrados desde el ámbito político, que quieren que gente de confianza ocupe las plazas para luego no tener problemas".
Precisamente por eso, lo que muchos trabajadores no entienden es la propia configuración del comité encargado del examen, una configuración que viene avalada por el Convenio de RTVE, pero que hace aguas por todas partes. Además, tampoco comparten la forma en la que se han convocado las oposiciones a informador, las únicas que se hacen por la mañana: "Lo normal es que se hagan por la tarde y que las preguntas se seleccionen esa misma mañana, para que no haya margen para las filtraciones".
Un tribunal bajo sospecha
El comité encargado del examen a informador está compuesto por Esteban Crespo Haro (vocal y director de RTVE de Cataluña), Cristina Ónega Salcedo (vocal y directora del Canal 24 horas), José Ángel Carpio García (vocal), Margarita Enríquez Campesino (vocal), María Consuelo Fernández Leal (vocal), Manuel Midón Miguez (vocal), Miguel Ángel Orts Torres (vocal), Julián Pérez Olmos (Vocal), Marta Ribas Barquet (vocal), Guiomar Zaballos Torralvo (vocal) y Raquel de la Ossa de la Plaza (secretaria). Algunos de ellos estarían relacionados de alguna forma con la dirección de RTVE. Otros están afiliados a distintos sindicatos. Es el caso de Manuel Midón (USO), Miguel Ángel Orts (SI), Julián Pérez Olmos (UGT) y Guiomar Zaballos (UGT).
"Yo siempre he dicho que los sindicatos no deberían formar parte del tribunal. Vamos, de comprobar que el proceso se adecúa a la ley y a la limpieza que exigen unas oposiciones, por supuesto que sí, pero de ahí a ser los que ponen las preguntas y a ser los que están detrás las pruebas, pues no", defiende uno de los trabajadores consultados por este periódico, a pesar de su afiliación.
"Lo lógico es que el tribunal esté formado por profesionales de reconocido prestigio, que pueden ser de RTVE o no, porque en todas las empresas hay gente que lleva muchos años, que lleva mucho tiempo y que se sabe que no se casa con nadie, y que sean dos o tres, no diez, porque cuanta más gente, más difícil es determinar quién es el culpable en caso de que haya una filtración", continúa su alegato.
Los otros posibles fallos
Según explica, en su día se llegó a plantear que fuese una empresa externa la que elaborase las preguntas: "Pero, claro, te puedes imaginar cómo se puso todo el mundo, porque ahí todo Dios quería participar". Este, no obstante, no sería el único punto débil de un proceso bajo sospecha. La misma hora de la convocatoria ha generado todo tipo de suspicacias, ya que el resto se hacen por la tarde, de tal forma que haya menos margen para posibles filtraciones.
De acuerdo con las normas del proceso, cada miembro del comité propone unas 25 preguntas. De ahí se eliminan aquellas que puedan plantear algún tipo de alegación y el resto se incluyen en un sistema que selecciona las que conformarán el examen. El problema es que horas antes de la prueba, el tribunal habría vuelto a revisar a las preguntas definitivas. "En este caso, se reúnen un día y el examen es al día siguiente por la mañana, con lo cual, ahí hay mucho margen. Lo normal es que, para dar las máximas garantías, se convoque el examen a las 15 horas y de 13 a 15 se haga la revisión y nadie salga de esa sala", plantean las fuentes consultadas por LD.
¿Y ahora qué?
En cualquier caso, si algo concluyen es que "todo es consecuencia de la desidia y anarquía que vive RTVE, donde hay una dirección más preocupada de su subsistencia que de la gestión". De hecho, esa es la razón por la que están convencidos de que, al menos a corto plazo, poco o nada se va a saber y poco o nada va a cambiar: "Nadie se va a enfrentar a nadie y nadie va a decir nada, porque todos están enfrentados y saben que se les puede volver en contra, así que todo el mundo mirará para otro lado".
RTVE ya ha anunciado su intención de denunciar los hechos ante la Policía para intentar aclarar lo sucedido y desentrañar quién es el culpable de una filtración que ha dejado el futuro de casi 5.000 opositores en suspenso. Sin embargo, los sindicatos no confían en que se llegue a saber: "Incluso aunque vayas tirando del hilo, al final terminará llegando a un punto muerto".