
Este pasado jueves conocimos el pacto entre PSOE y EH Bildu de la reforma de la Ley de Seguridad Ciudadana, la denominada ‘ley Mordaza’ por la izquierda. Las claves de la reforma son la sustitución de las pelotas de goma de los antidisturbios por material menos lesivo, la desobediencia a la autoridad pasará de infracción grave a leve y se añadirá un criterio para que sea objetiva, así como los rechazos en frontera, que también se conocen como devoluciones en calientes.
Desde que se conocieron los principales cambios, la Policía Nacional y la Guardia Civil han mostrado su rechazo a los cambios que se introducirían y se ha cargado duramente contra el ministro de Interior Fernando Grande-Marlaska. La Confederación Española de Policía (CEP) ha considerado que "no puede continuar ni un minuto más al frente" del Ministerio del Interior porque forma parte del "mayor ataque a la operatividad que han sufrido los profesionales de la seguridad pública en toda la democracia".
Entre las cuestiones más polémicas está la de la prohibición del uso de las pelotas de goma que ha ocupado el espacio y el debate de tertulias y programas de televisión. Así lo hizo Carlos Cuesta, director adjunto del Grupo Libertad Digital en el programa En Boca de Todos, cuyo discurso se ha vuelto viral en la red social X.
"Los inocentes quieren orden público y los delincuentes quieren desorden público. La pelota de goma sirve para mantener distancia contra el grupo de violentos. En una sociedad normal lo que mandan son las leyes. Esa pelota está diseñada para hacer el menor daño posible".
Carlos Cuesta: "Las pelotas de gomas garantiza la distancia de seguridad entre la policía y los violentos. Violentos, malos, policías, buenos"
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— Libertad Digital (@libertaddigital) October 6, 2024
"Las pelotas de gomas garantizan la distancia de seguridad entre la policía y los violentos. Violentos, malos, policías, buenos. Cuando la policía te dice que abandones la vía pública, te tienes que largar, y si no lo haces y recibes un pelotazo, es tu problema", concluye.
