Adiós a la Copa América de Vela. La que se vende como la competición más antigua del mundo no se volverá a celebrar en Barcelona. Los ganadores, el equipo de Nueva Zelanda, han anunciado que se van de la Ciudad Condal porque la capital catalana se les queda pequeña, que su objetivo es crecer y que en Barcelona no se dan las circunstancias adecuadas.
El equipo Emirates Team New Zealand ha comunicado oficialmente al Ayuntamiento de Barcelona que la próxima edición se celebrará en un lugar aún por determinar pero que en ningún caso será en la ciudad catalana. En una nota emitida anoche, el equipo que ha ganado tres veces consecutivas el trofeo de vela y que tiene derecho a elegir la ciudad anfitriona, señala que "mantenemos la mente abierta sobre cuál es la mejor manera de lograrlo (el crecimiento) con un recinto, o diferentes recintos, que puedan potenciar la siguiente edición con una mayor presencia global, más equipos y mayores oportunidades generales de expansión. Sería difícil ampliar el número de equipos en función del espacio de infraestructura disponible en Barcelona".
En los últimos días se había valorado la posibilidad de repetir el evento, celebrado entre el 22 de agosto y el 19 de octubre, pero el Ayuntamiento tampoco veía clara esa opción. La Copa fue negociada por la anterior administración municipal, la encabezada por Ada Colau (quien ahora en la oposición se sumó a las críticas y reproches contra el evento por, alegó, su carácter elitista y por celebrarse de espaldas a la ciudad) y no figuraba entre las prioridades del actual equipo de gobierno encabezado por el socialista Jaume Collboni, partidario de citas internacionales más populares.
El Ayuntamiento gastó unos diez millones de euros en la Copa América mientras que Estado y Generalidad aportaron unos treinta millones en conjunto y la Diputación, unos cinco. La intención municipal era facilitar una nueva edición del evento siempre que el gasto procediera en su totalidad del sector privado. La escasa repercusión mediática, el nulo seguimiento ciudadano y los obstáculos administrativos han determinado la breve experiencia condal de la Copa América y su no repetición.