
La izquierda ha salido en bloque a culpar al Gobierno de la Comunidad Valenciana del desastre de la DANA por haber eliminado uno de los últimos chiringuitos inventados por el Gobierno socialista y comunista de Ximo Puig: la UVE. Lo cierto es que fueron los propios sindicatos de bomberos los que saltaron contra el invento y pidieron eliminarlo porque tan sólo servía para burocratizar y ralentizar su actuación.
Y si el criterio de los sindicatos de bomberos no es lo suficientemente representativo de la realidad, un repaso por la propia normativa con la que se aprobó el organismo desvela la evidencia.
"Conselleria de Justicia, Interior y Administración Pública. DECRETO 13/2023, de 17 de febrero, del Consell, por el que se crea la Unitat Valenciana d’Emergències. [2023/1702]", titulaba el texto normativo.
En su artículo 1 -"Objeto"- se señala con claridad que el organismo era innecesario porque se arrogaba la capacidad de un ente ya existente, la Agencia de Emergencias: "El presente Decreto tiene como objeto la creación de la Unitat Valenciana d’Emergències (UVE) concebida como una unidad de gestión de carácter operativo y de coordinación de la Generalitat a través de la Agencia Valenciana de Seguridad y Respuesta a las Emergencias (AVSRE)". Y, entonces, ¿qué aportaba la nueva UVE?
La UVE asumía, para colmo, el poder de "regular su organización y funcionamiento", creado un segundo nivel político que solapaba otro poder político.
El "artículo 2. Unitat Valenciana d’Emergències", avanzaba más: "La UVE se constituye de forma permanente bajo la dependencia de la persona titular de la AVSRE para hacer frente a las necesidades derivadas de la respuesta en emergencias, en los términos establecidos en la planificación de protección civil de la Comunitat Valenciana". Pero, entonces, era lo mismo que la Agencia Valenciana de Emergencias. ¿Y qué aportaba?
El "artículo 3. Dependencia" daba una leve respuesta a esta pregunta: "La coordinación y el funcionamiento de la UVE dependerá de la AVSRE o de la entidad u organismo que la sustituya". Traducido: era un órgano político. Y el texto lo demostraba: "La UVE no nace como un proyecto de cero, sino que parte de unas estructuras ya existentes como son la propia Agencia Valenciana de Seguridad y Respuesta a las Emergencias (AVSRE) y los órganos de ella dependientes, el 112 Comunitat Valenciana, el Servicio de Bomberos Forestales prestado a través de la Sociedad Valenciana de Gestión Integral de Emergencias (SGISE) y el Centro de Coordinación de Emergencias de la Generalitat (CEE), en cuya Sala de Emergencias ya se encuentran los puestos de control de la propia AVSRE (EmerGen), Unidad Adscrita CNP (Policía de la Generalitat) y Prevención de Incendios Forestales. Porque todo existía ya y sigue existiendo, menos el invento metapolítico de la izquierda.
"Desde el punto de vista jurídico la creación de la UVE supone una forma de implementación del necesario deber de colaboración de las distintas administraciones públicas implicadas en la solución de la emergencia y la necesaria vuelta a la normalidad en el menor tiempo posible". ¿El resto no se coordinaba? ¿Y con un órgano más en la mesa política crece la coordinación?
"La creación de la UVE es una oportunidad", culminaba el texto, "aprovechando estructuras existentes". La frase no tenía desperdicio.


