
La Confederación Española de Policía (CEP) ha conseguido sentar en el banquillo al dirigente de Podemos Serigné Mbayé por un posible delito de injurias graves contra la Policía Nacional. Un hecho que está relacionado con las acusaciones que realizó el que fuera diputado morado en la Asamblea de Madrid en un acto de protesta por la detención dos inmigrantes ilegales en la capital por robo con violencia, atentado contra agente de la autoridad y desobediencia.
En la citada protesta, que tuvo lugar el 31 de marzo de 2024, dos días después del arresto de los inmigrantes, se refirió a los mismos como "la brutalidad policial que pasa todo el rato en este barrio", añadiendo que "el acoso policial, la brutalidad policial en los cuerpos negros, en los cuerpos de las personas racializadas, tiene que parar" y que "este racismo y esta brutalidad policial no pueden seguir".
El exdiputado autonómico y miembro del Consejo de Coordinación de Podemos indicó que "no puede haber discriminación y no puede haber este uso de la fuerza sobre las personas" y llegó a asegurar que "cualquier cosa que pase con una persona negra en este país, siempre termina con que le han matado", afirmando que "lo que pasa con las personas negras nunca ha pasado con las personas blancas, ¿cuántas personas han asesinado?, ¿cuál es la excusa? Agresividad".
El sindicato policial presentó una denuncia en los tribunales y ahora el Juzgado de Instrucción número 7 de Madrid ha llamado a declarar a Serigné Mbayé en calidad de investigado, la figura que antiguamente se conocía como imputado. Tendrá que comparecer junto a su abogado el próximo martes 28 de enero ante la posibilidad de que haya vulnerado el artículo 504.2 del Código Penal, injuriando a la Policía Nacional.
La CEP explica que, al margen del resultado de la denuncia, la misma es fruto "del hartazgo y la indignación de las casi 72.000 familias que formamos parte de la Policía Nacional ante una costumbre, la de acusar a todo un Cuerpo de seguridad de hechos gravísimos, todos ellos delictivos, que ni puede ni debe abrirse paso". "La injuria, la calumnia o el odio contra quienes nos jugamos la vida a diario para proteger la de los demás no va a quedar impune porque nadie tiene patente de corso", añade el sindicato policial.

