El Rey ha visitado este jueves Barcelona con motivo de la entrega de despachos a los nuevos 137 jueces, un acto que presidió acompañado por el presidente de la Generalidad de Cataluña, de varios miembros de su gobierno, de la presidenta del CGPJ que hizo una encendida defensa de los jueces frente al Gobierno y también del imputado fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz.
En su discurso, Felipe VI pidió a los jueces que comenzarán a ejercer este año una "conducta ejemplar" y actuar "siempre bajo unas estrictas exigencias éticas". Contraen, dijo "un compromiso inquebrantable con toda la sociedad", les recordó que van a decidir los derechos de los ciudadanos y que tendrán que dictar resoluciones que "no siempre serán fáciles", pero que deben estar fundadas en "la más estricta independencia y teniendo como única guía la ley".
"La justicia es uno de los valores fundamentales de la democracia, la condición imprescindible para que la sociedad pueda convivir pacíficamente", afirmó el Rey en un momento de cuestionamiento continuo de miembros de la carrera judicial. La dedicación a la Justicia requiere, en su opinión, "una vocación auténtica" que debe estar sustentada en "un profundo respeto hacia la institución".
Para Felipe VI, las instituciones "son las que vertebran los Estados y les otorga las normas de funcionamiento que nunca deben quebrar, si queremos seguir viviendo en un sistema sereno y equilibrado de poderes que emanan del pueblo". "La legitimidad de sus instituciones se nutre de la confianza de la ciudadanía, y mantener esa confianza exige un leal compromiso por parte de todos", añadió.
En su discurso, Felipe VI citó unas palabras de Francisco Tomás y Valiente, recordando su asesinato a manos de ETA y señalando que él tuvo "la fortuna de ser su alumno: "Las instituciones ganan o pierden prestigio por lo que hacen pero también por lo que con ellas se hace".