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Puigdemont rompe con Sánchez con el aval unánime de su ejecutiva

El líder de Junts da por terminadas las negociaciones con los socialistas en Bélgica y Suiza

Puigdemont se reúne en Waterloo (Bélgica) con la dirección permanente de Junts. | Europa Press

El mismo día del octavo aniversario de la proclamación de independencia en el parlamento catalán, Carles Puigdemont ha decidido romper con el PSOE y dejar a Pedro Sánchez sin mayoría parlamentaria. La decisión ha sido adoptada por unanimidad en la ejecutiva extraordinaria del partido celebrada este lunes en la ciudad francesa de Perpiñán. La conclusión práctica de esta ruptura es que se dan por finalizadas las negociaciones que socialistas y separatistas llevaban a cabo entre Bélgica y Suiza.

Carles Puigdemont ha encontrado un respaldo absoluto de su ejecutiva. La decisión se llevará previsiblemente a consulta de la militancia, unos seis mil afiliados, donde es previsible que se ratifique por amplia mayoría. El líder golpista dará cuenta de las razones de la ruptura en una rueda de prensa que se celebrará esta tarde a las cinco.

Todo estaba dispuesto para que se adoptara esta decisión. Sin embargo, la moción de censura queda fuera de la maniobra ejecutada por Puigdemont. Al menos, por el momento. No obstante, el anuncio formal de ruptura deslegitima la presidencia de Pedro Sánchez, que ya no podrá hablar de mayoría de investidura.

Ruptura anunciada

La apuesta de Puigdemont por romper con Sánchez se había convertido en los últimos días en un secreto a voces. En el PSC y en el PSOE no se muestran particularmente nerviosos con la ruptura, toda vez que no implica una moción de censura para descabalgar a Pedro Sánchez, quien, por otra parte, se ha acostumbrado a manejarse al margen del cauce parlamentario.

Incumplimientos

Durante los últimos meses, Puigdemont y los principales dirigentes de Junts han dado muestras de un creciente malestar por la falta de concreción de algunas de las promesas de Sánchez para ser investido. En primer lugar, Puigdemont cree que el presidente del Gobierno no ha hecho todo lo posible para que se le aplique la amnistía. Y la gota que colmó el vaso fue que la fiscalía del Tribunal Supremo mostrara su posición contraria a la retirada de la orden de detención en vigor que mantiene el magistrado Pablo Llarena.

El segundo punto de fricción ha sido el frustrado traspaso, por el momento, de las competencias en materia de control de la inmigración. Esa promesa fue el as en la manga que Sánchez utilizó para evitar la moción de confianza con la que Puigdemont le amenazó a finales del año pasado. Sin embargo, Podemos bloqueó esa iniciativa acusando además a Junts de partido "racista" y de "extrema derecha".

Otro de los grandes fracasos de las negociaciones ha sido la oficialidad del catalán en Europa, a pesar de los denodados intentos de la diplomacia española porque tanto el catalán, como el gallego y el vasco tuvieran tal condición en la Unión Europea. La última intentona en esa materia ha sido la carta conjunta con el Gobierno alemán en la que el canciller Merz se comprometía a abrir un diálogo sobre la cuestión.

Tampoco se han publicado las balanzas fiscales, tal como exigía Junts ni se han hecho grandes avances en materia de concierto catalán, aunque esa es una carpeta del Gobierno con ERC que se suscribió para la investidura de Illa, no para la de Sánchez. Sea como fuere, Junts también apunta esa cuestión en el debe.

La presión de Orriols

A la espera de cómo explique Puigdemont la ruptura en su comparecencia de esta tarde, en el PSOE han encajado con mucha calma la maniobra separatista, puesto que consideran que para Puigdemont una moción en la que participe Vox es una línea roja imposible de cruzar.

Atribuyen lo que califican de "representación" de Puigdemont a la presión que ejerce sobre Junts la nueva formación independentista encabezada por la alcaldesa de Ripoll, Sílvia Orriols, la Aliança Catalana que quita el sueño a los alcaldes de Junts, el grupo de presión con más peso dentro del partido posconvergente.

El entendimiento de los socialistas con Puigdemont estaría pasando factura a Junts en las encuestas. Esa es la interpretación mayoritaria en el seno de la formación, por lo que no se esperan sorpresas en la consulta que se llevará a cabo entre la militancia para formalizar la ruptura.

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