
No hay presentación pública del libro Esto no existe (Debate, 2025) que la izquierda no trate de boicotear amparándose en que este libro no debería de publicarse porque pone en cuestión un tema que para el feminismo radical es la verdad absoluta: la invisibilidad de las denuncias falsas contra hombres por supuesta violencia de género. Se ha visto recientemente en Sevilla hubo momentos de tensión por la llegada de una decena de supuestas feministas para reventar el acto.
En el programa Es la Mañana de Federico de esRadio su autor, el escritor y columnista Juan Soto Ivars, ha señalado que lo empezó a escribir "en 2018" porque "fue en ese año cuando yo me di cuenta que el titular que se da cada año desde 2009 de que de 200.000 denuncias sólo ha habido 16 falsas, una cosa así, era un disparate". "Yo cuando vi ese dato pensé: no puede ser. Y empecé a preguntar a abogados, a gente del mundo de la Justicia y estos últimos siete años el libro se ha ido haciendo", ha añadido.
"La reacción que yo esperaba era que me hicieran el vacío porque me parecía la reacción más inteligente, pero lo que han hecho ha sido convertir el libro en un superventas porque, claro, están gritando, gritando y gritando mentiras sobre el libro y lo que están haciendo es darle eco a que ha salido un libro sobre eso que le ha pasado a tanta gente en España", ha explicado Juan Soto Ivars sobre cómo ha sido recibido Esto no existe. El escritor ha indicado que se debe también a que "obviamente el 0,001 es una cifra, por decirlo suave, ficticia".
Soto Ivars ha apuntado que "No consigo hacer entender a las feministas con las que he discutido del tema que hablar de denuncias falsas es como si yo dijera que todas las denunciantes están mintiendo, cosa que también sería un disparate decirlo". En este sentido, ha explicado que "es ridículo" porque "en los juzgados tienen unos recursos finitos y con 200.000 denuncias pasan muchas cosas: hay denuncias falsas, hay denuncias instrumentales, hay denuncias innecesarias porque también tenemos un Código Penal que considera que al asesinato se llega por un insulto de manera que ha penalizado un montón de circunstancias que se dan en los divorcios y las separaciones y que normalmente reflejan una pequeña violencia recíproca entre dos personas que ya no se soportan más".
"Todo eso pasa por el mismo tubo que la señora que realmente esta sufriendo un maltrato grave y lo que nos encontramos es una cosa muy típica de la Justicia española: el diablo nace de la sobrecarga. Es ahí donde un señor que va a acabar absuelto o en archivo o sobreseimiento de su caso para que ocurra esto tiene que pasar un año, dos o tres y, durante ese tiempo, las medidas cautelares que se aplican lo criminalizan de facto. O sea, al final la condena, aunque al final se libre, empieza en el momento en el que te ponen unas esposas y te mandan a dormir al calabozo", ha señalado el autor.
El "feminismo de Estado"
Juan Soto Ivars ha señalado que "ideologías como el feminismo no ven personas, ven abstracciones. Una cosa curiosa de la repercusión del libro es que me están escribiendo muchísimas mujeres que han sido víctimas de la violencia de genero no en casos muy graves, pero te cuentan que cuando entran en ese mecanismo de protección, y estoy usando unas comillas irónicas, muchas veces lo que se encuentran es que son equipos dedicados a victimizarlas más todavía y alimentar un odio contra ese señor que les ha amenazado".
"Ellas mismas se dan cuenta y me escriben que no las están viendo como una persona que llega puntualmente con un problema particular sino como símbolos de esa mujer abstracta que es la mujer abstracta que habla el feminismo de Estado. No es una mujer real, es una mujer que sólo tiene un problema: vivir en el patriarcado", ha apuntado el escritor y columnista. Asegura que describió "mientras escribía el libro que ni siquiera saben cuántas mujeres están recibiendo ayudas como víctimas de violencia de género. Este sistema que dice preocuparse tantísimo por este tipo de mujer especifico en esta situación pues no sabe cuántas mujeres están recibiendo la ayuda o las que la han recibido".
La "fechoría económica" del feminismo
El autor de Esto no existe ha destacado que "nos encontramos que hay una gran muralla de conceptos, lemas y golpes en el pecho, pero en realidad pasa algo parecido a lo que ocurre en Ferraz cuando empiezan a proliferar unas denuncias particulares contra un señor particular que se está propasando con algunas mujeres". En este sentido, ha dicho que "el interés yo creo que es de cara a la galería y por eso la experiencia de las mujeres víctimas de la violencia doméstica en España sigue siendo 20 años después y con unas inversiones que son pantagruélicas la misma que cuando se aprobó la ley".
"Es decir, hoy hay más recursos, pero lo que se encuentran es que esos recursos están inmensamente repartidos. Una parte del reparto va a falsear la realidad. Aquí se hacen muchos estudios en los que primero se considera violencia o agresión desde la mirada insinuante para inflar las cifras, para mover entre las mujeres un pánico a una situación que no es tan mala como dicen esos datos y, por otra parte, se ocultan los datos que indican cuál es la fechoría económica que hace este feminismo institucional", ha denunciado.
En este sentido, Soto Ivars ha puesto un ejemplo. Ha dicho que "la encuesta de la violencia en el cine español se lo encargan a una ONG conectada directamente con los resortes del ministerio y determina que lo que hace falta es que hayan unas personas vigilando la seguridad sexual de las actrices en los rodajes. ¿Quién tiene la empresa puntera que ofrece ese servicio? Una señora de la junta directiva del mismo organismo que ha hecho la encuesta. Lo que descubres cuando empiezas a rascar es que es una economía circular que funciona constantemente de esa forma. Pasó con los puntos violeta. En la ola de pinchazos de sumisión química en aquel verano fue el espaldarazo que necesitaba aquella iniciativa para llenar todas las fiestas populares de puntos violeta que dicen estar luchando por la seguridad de las mujeres que están allí, pero lo único que hacen en realidad es fomentar el pánico. Es una economía perfecta".
Los ‘palotes’
Soto Ivars se ha referido a los palotes, una figura que aborda en su libro: "La policía necesita detener gente. Hay comisarías donde el comisario premia a los agentes que detienen a mucha gente. Antiguamente, hubo polémicas porque este sistema de detención aleatoria se hacía con marroquíes, con extranjeros". El columnista de El Confidencial ha relatado que un policía le contó "que encontraron un colectivo del que nadie se iba a coger por racismo, por ningún motivo: los acusados de violencia de género. Eso explica el sistema de ‘palotes’: ‘Hoy he detenido a cinco, a seis…’".
Para Soto Ivars, "la detención es una de las cosas más inhumanas, no está en la ley propiamente". "Los agentes están hartos de hacer esto. Un agente de la guardia civil me contó llorando cómo se había llevado a un viejo de una casa sabiendo perfectamente que no suponía ninguna amenaza para la colombiana de 25 años y un metro ochenta que le acababa de denunciar", ha añadido.
"Feijóo propone ser más feminista que el PSOE"
Con respecto al discurso del PP sobre las denuncias falsas, Soto Ivars ha recordado que "todo hombre al que le ha pasado tiene una madre, una hermana…, hablamos de voto femenino": "Entonces, si el PP oye sonar esa flauta, es posible que empiece a moderar su discurso. Su apoyo ha sido entusiasta. Cuando oigo a Feijóo, lo que propone es ser más feminista que el PSOE. No sé si es por complejo, por un cálculo o por la creencia de que las mujeres son tan estúpidas como piensa el PSOE". "Me opongo radicalmente a esa creencia. El PP tiene la oportunidad de recuperar el liberalismo del que habla en sus estatutos", ha añadido.
Finalmente, el autor de Esto no existe ha apostado por cambiar "el sistema de incentivos": "Tenemos un sistema de incentivos perverso que no penaliza a las mujeres que ponen denuncias falsas". Con respecto a las librerías que ocultan su ensayo, ha apuntado: "El tipo de lector que tengo se ve estimulado por esa táctica, así que agradezco a las grandes superficies que escondan el libro".

