
Jaume Roures fue invitado a dejar Mediapro en 2023, cuando los resultados de la compañía comenzaban a registrar un fuerte deterioro. Tatxo Benet, inseparable de Roures hasta la abrupta salida de Mediapro, también ha enfilado el camino de salida. El accionista mayoritario, Southwind Capital a través de Orient Hontai, le enseñó la puerta de salida hace unas semanas, a pesar de que Benet pretendía continuar como presidente con un consejero delegado nombrado en consenso con Hao Tang, el propietario del fondo chino que posee el 85% de las acciones.
Sin embargo, el accionista mayoritario no está por la labor de seguir perdiendo dinero y además sospecha de una negligente gestión de la compañía desde la pandemia. De hecho, la situación financiera de Mediapro (en la que están embarcadas productoras como Globomedia, El Terrat de Buenafuente, 100 Balas y Big Bang Media, entre otras) es tal que se plantea despedir a mil empleados, quinientos de ellos en España, y realizar una auditoría de las cuentas.
Es en ese contexto de dificultades financieras y pérdidas económicas en el que según publica el diario ABC la Generalidad catalana busca un comprador que se haga cargo para mantener la influencia socialista en la compañía. Según esa información, el nuevo presidente, Sergio Oslé, expresidente de Movistar Plus y exconsejero delegado de Telefónica España es una persona de plena confianza de los socialistas y quien podría facilitar la venta siempre que la oferta satisfaga las expectativas del multimillonario Hao Tang.
Cuando Tang entró en el accionariado de Mediapro con 1.000 millones de euros, en 2018, la compañía facturaba 1.800 millones y tenía un beneficio antes de impuestos de 225 millones. Pero la empresa no ha hecho más que perder dinero tras la pandemia. El deterioro obligó a Tang a poner otros seiscientos millones para evitar la quiebra, lo que elevó su porcentaje de acciones al 85%. En el último año y según datos de El Confidencial, Mediapro ha perdido 72 millones de euros.
La primera misión de Sergio Oslé cuando tome posesión, el próximo 1 de enero, será llevar a cabo una auditoría por encargo del accionista mayoritario, que sospecha de mala gestión en operaciones como la apertura de una delegación en Los Ángeles, según el referido digital. La nueva dirección prescinde además de todos los directivos de confianza de Tatxo Benet, algunos de ellos cubiertos con importantes indemnizaciones.
