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Crónicas murcianas

El PSOE mete y saca la cabra

Había un rabino muy sabio al que vino a ver un vecino judío que tenía ciertos problemas con su vivienda. El problema, según él, es que en casa estaban metidos todos los parientes de su mujer y necesitaba perentoriamente una casa más grande. "Mete una cabra en tu casa, y pasado un tiempo me vienes a ver", ordenó el sabio. No cabían los que estaban y encima le ordenaban que metiera una cabra en su casa. El vecino no entendía nada, pero acató. Pasado el tiempo, regresó a ver al sabio. la convivencia, que ya era inviable con todos los parientes de su mujer metidos en un reducido espacio, se había hecho insoportable con además la presencia y el hedor de la cabra. "Saca a la cabra de tu casa, y pasado un tiempo me vienes a ver". Tampoco entendió nada el vecino, pero acató. Pasado el tiempo, regresó a ver al sabio. El vecino estaba encantado con los consejos del rabino, ya que sin la cabra la convivencia en casa se le figuraba que había mejorado muchísimo y hasta parecía que sobraba espacio para los parientes. Esto dicen las enseñanzas hebráicas, y la moraleja está clara. Todo depende de con qué se compare. Las comparaciones no son nunca odiosas.

El PSOE murciano ha aplicado la enseñanza de la cabra hebráica a su política hídrica. Los murcianos querían el trasvase del Ebro, del que Aznar colocó la primera piedra, y al no tenerlo se sentían frustrados, encolerizados, molestos, pero hay una manera de hacer que se olviden y hasta se sientan a gusto con lo que les han quitado: amenazarles con quitar además el previamente existente trasvase del Tajo. El trasvase del Tajo, o más bien su ausencia, es la cabra que ordenó meter el PSOE en casa de los murcianos. Los murcianos temen muy seriamente que les quiten "esa obra faraónica propia de tiempos dictatoriales", al decir de los políticos del PSOE castellano-manchego y también del PP de María Dolores de Cospedal. Así que el PSOE murciano pretende que les estemos agradecidos por haber "conseguido" (sic) que las conclusiones del congreso nacional del partido contemplen la posibilidad de que existan trasvases, en algún lugar, en determinado momento, en ciertos planetas.

¡Qué bien se figuran que estamos sin trasvase del Ebro, ni del Ródano, ni del Tajo medio, si a cambio son tan buenos que no nos retiran lo que ya teníamos! Sin embargo, los únicos que parecen encantados no son los electores, que siguen votando nada al PSOE en Murcia no porque no conozcan sus propuestas sino porque las conocen demasiado bien. Los únicos encantados son los chicos de la prensa, que han recogido obedientemente en sus portadas regionales, con gran pompa y circunstancia, el inmenso favor que nos hace Zapatero al ofrecernos vagamente (el congreso ha concluído que los trasvases puede que no sean del todo fachas) la dádiva de lo que ya teníamos por la UCD desde hace treinta años. Los delegados murcianos del PSOE vienen de Madrid más anchos que largos. Bueno, tampoco es difícil ser cualquier cosa menos largo tratándose del "líder meñique" (como bautizó a Aznar un columnista ya fallecido) el pachequero Pedro Saura. Impresionante lo de los socialistas con Murcia. ¡Han conseguido retirarnos de casa aunque sea momentánea y condicionalmente a la cabra!

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