Colabora

Carromero desvela que sintió un "impacto atronador por detrás"

Ángel Carromero ha roto su silencio sobre el ataque que sufrió junto a Oswaldo Payá, con una estremecedora entrevista en The Washington Post.

Carromero, en el vídeo en el que se responsabilizaba del accidente | Archivo

"Súbitamente, sentí un impacto atronador por detrás", así recuerda Ángel Carromero en The Washington Post el momento en el que el vehículo que conducía se salió de la carretera. El popular ha accedido por fin a contar su versión de lo sucedido y lo ha hecho en el periódico norteamericano en una larga y escalofriante entrevista en la que da detalles también sobre su cautiverio en Cuba y desvela que ha recibido "amenazas de muerte en España".

Carromero narra como desde que empezó su viaje por carretera con Oswaldo Payá y Harlod Cepero eran seguidos por coches del régimen. Finalmente, uno de ellos, con la matrícula que suelen usar los vehículos del gobierno cubano, se acercó peligrosamente al coche que conducía el español: "La última vez que miré el espejo me di cuenta de que estaba demasiado cerca". Luego sintió el impacto y el accidente.

Pese a lo que se ha dicho desde Cuba, y también desde España, Carromero defiende que no conducía de una forma imprudente: "La última velocidad que pude ver en el velocímetro fue de 70 kilómetros por hora", de hecho, "los airbags no se activaron" y tanto él mismo como el pasajero del asiento delantero "resultamos ilesos".

Permanentemente drogado

Carromero asegura que desde el momento del accidente "mis recuerdos son poco claros, quizá por los medicamentos que me dieron", pero aún así recuerda que después del golpe fue separado de sus compañeros de viaje y puesto en "una moderna furgoneta".

Después, recuperó la consciencia en un hospital civil, pero que "súbitamente había sido militarizado y yo estaba rodeado de soldados uniformados". A partir de ahí, el popular denuncia que "pasé las siguientes semanas medio sedado y sin saber exactamente qué me estaban metiendo".

No sólo eso, Carromero denuncia que durante su estancia en el hospital y en la cárcel "era grabado en vídeo todo el tiempo, y eso siguió así hasta el último día". En ese contexto se obtuvieron sus declaraciones y su confesión: "Repetí lo que ya había contado a un oficial y se enfadaron. Me avisaron de que yo era su enemigo y de que era demasiado joven para perder la vida". La cosa estaba muy clara: "Dependiendo de lo que dijese podría irme muy bien o muy mal".

En estas condiciones alguien que se presentó como "un experto del gobierno" le dio la "versión oficial de lo que había ocurrido" con la promesa de que "si la seguía todo me iría bien".

Un cautiverio atroz

Ángel Carromero también habla del cautiverio que sufrió en Cuba, "es la peor cosa que me ha pasado", dice recordando que al principio fue "incomunicado, sin ver nunca la luz del día".

Los detalles son atroces: "Caminamos entre cucarachas hasta que llegamos a la celda (...). Las condiciones eran deplorables. Un reguero de agua caía del techo una vez al día, el váter no tenía cisterna, así que solo podías usarlo si tenías un cubo de agua que pudieses echarle luego. La celda estaba llena de insectos que me despertaban...".

La experiencia ha dejado un evidente traume en el español: "No recuerdo casi nada específico de esos días, sólo imágenes que llegan a mi mente y que desearía que fuesen pesadillas y no recuerdos".

Amenazas en España

En el final de la entrevista Carromero dice que "a pesar de las acusaciones que sufro diariamente desde la prensa y los defensores de la dictadura cubana" no "tiene intención" de "seguir hablando de esta experiencia traumática".

Además, revela que "he recibido amenazas de muerte en España", por lo que hizo una declaración ante un notario "para que así la verdad se sepa si algo me ocurre".

Temas

Ver los comentarios Ocultar los comentarios

Portada

Suscríbete a nuestro boletín diario