
Rita Barberá resiste, pero su equipo empieza poco a poco a caer. Tras una ardua negociación, no exenta de presiones, la dirección nacional pudo anunciar la suspensión de militancia de un total de 18 concejales y asesores de Valencia, todos imputados. Entre ellos, Alfonso Novo, mano derecha de la otrora alcaldesa, que se vio obligado a renunciar como portavoz del Grupo Municipal.
La guerra soterrada entre Isabel Bonig y los concejales, con Novo a la cabeza, era total. La líder del PP valenciano quería que renunciaran a su acta, pero estos se negaron. Finalmente, serán "independientes", pero adscritos al Grupo Popular. Eusebio Monzó, el único edil que no está imputado, será el nuevo portavoz.
El PP quiso transmitir la idea de que los propios concejales pidieron la baja, aunque la tensión ha sido enorme en los últimos días. A través de un comunicado, se informó de que el Comité Nacional de Derechos y Garantías no sólo decidió la suspensión cautelar de los 18 cargos valencianos, implicados en la pieza separada del caso Taula, sino que seguirá tramitando el expediente informativo abierto a todas las personas relacionadas con los hechos investigados.
Mientras, Barberá sigue blindada, pese a que un sector del PP, del que forman parte varios vicesecretarios generales, quiere que renuncie a su acta de senadora. En teoría, el Comité de Derechos y Garantías le tomará en breve declaración y, tras ello, acordará si le retira o no el carnet del partido.
