El Partido Popular trató de restar importancia a la renuncia de José María Aznar. No hubo comunicado a pesar de la histórica decisión. Mariano Rajoy despachó telefónicamente con él este martes por la mañana y asumió con "tranquilidad" lo que le dijo. "Es normal que se vaya siendo presidente de una fundación no vinculada al PP", transmitió su equipo, una vez la noticia copaba todas las portadas. Públicamente, el jefe del Ejecutivo, de visita en Nueva York, no quiso hacer comentarios.
Ningún miembro de la dirección nacional sabía de la decisión del expresidente. De hecho, apenas una hora antes del anuncio, algunos vicesecretarios generales bromeaban sobre su posible asistencia al congreso nacional de la formación. "Si al final decide venir, lo cambiamos de día", soltó uno de ellos, en conversación informal. "El presidente de honor forma parte del congreso del PP sin más; no necesita invitación", afirmó públicamente Fernando Martínez-Maillo, encargado de presentar la ponencia política y de estatutos.
"No teníamos ni idea", reconocieron a toro pasado, ya con la misiva de Aznar en la mano. De inmediato, se empezaron a suceder las reacciones, aunque se evitó el formalismo de un comunicado. "Siempre será del PP, y para los que hemos estado con él haciendo juntos este proyecto político no cabe duda de que él siempre va a tener ese lugar de honor en todos nosotros, entre todos nosotros", declaró Cristóbal Montoro, muy distanciado con el expresidente por la filtración de sus datos fiscales. Se sumó Javier Arenas, otro histórico de la formación: "Ha sido un hombre clave dentro de la historia del PP".
Así, los dirigentes que públicamente tomaron la palabra lo hicieron para vender que la ruptura no es total y que, simplemente, es un paso natural una vez la fundación FAES dejó de estar vinculada al PP. "Es razonable", según Jesús Posada. "Seguirá siendo un referente", llegó a decir Andrea Levy, a pesar de las fricciones entre la actual cúpula y el expresidente del Gobierno.
Y hubo, por supuesto, quienes encontraron aspectos positivos al adiós de Aznar. "Su asistencia al congreso hubiera supuesto un problema", en palabras de un alto cargo. "Y el hecho de que ahora sea simplemente un militante de base y no el presidente de honor restará relevancia a los comunicados que saque FAES de ahora en adelante", subrayó.