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El gestor que se hizo cargo del Palau tras caer Millet confirma las mordidas de CDC

Afirma que le llamó Felip Puig para interesarse por los convenios de la fundación de CDC y que se encontró a Osácar exigiendo el pago de una factura.

Afirma que le llamó Felip Puig para interesarse por los convenios de la fundación de CDC y que se encontró a Osácar exigiendo el pago de una factura.
Llinares, a la izquierda, llega al juicio acompañado del cupaire Fernàndez | EFE

El abogado y economista Joan Llinares, de larga trayectoria en la gestión cultural, fue el hombre designado por el Ministerio de Cultura, la Generalidad catalana y el Ayuntamiento de Barcelona para poner orden en el Palau de la Música tras el estallido del caso sobre el saqueo de la institución y su uso como tapadera y blanqueadora de las comisiones que cobraba Convergencia a cambio de la adjudicación de obra pública.

Desde agosto de 2009 hasta diciembre de 2010, Llinares, que venía de ser el administrador del Museu Nacional d'Art de Catalunya, levantó todas las alfombras y registró los rincones del Palau hasta documentar con precisión forense la naturaleza del desfalco, sus beneficiarios y el rastro del 3% que en realidad era el 4%.

Llinares ha comparecido este martes en la Ciudad de la Justicia de Barcelona en calidad de testigo del juicio por el caso Palau y a preguntas del fiscal, Emilio Sánchez Ulled, ha desvelado que en sus primeros días al frente de la entidad se encontró con el extesorero de Convergencia, Daniel Osácar, que intentaba convencer a la nueva presidenta, Mariona Carulla, de que el Palau abonara una factura a la empresa Hispart "como si fuera el comercial de esa empresa". Hispart trabajaba, en teoría, para Convergencia en la organización de actos, pero giraba las facturas contra el Palau.

Un teléfono secreto

También ha desvelado Llinares que una persona que se identificó como Felip Puig le llamó a los pocos días del cambio de dirección en el Palau para interesarse "por el tema de los convenios". Según Llinares, cuando accedió al cargo de director del Palau ocupó el despacho de Jordi Montull. Un día sonó un teléfono que no era el fijo ni el móvil, sino un aparato metido en un cajón. Descolgó y se le presentó Felip Puig con la cuita de los convenios. Por aquel entonces, la fundación convergente devolvió una pequeña parte del dinero cobrado a través del Palau.

Llinares también logró reconstruir documentalmente el pago de comisiones de Ferrovial y de uniones temporales de empresas a los tesoreros de CDC. Todo ello a pesar de que durante los días posteriores al registro de los Mossos d'Esquadra Millet, los Montull y algunos de sus empleados de confianza destruyeron documentos y se llevaron numerosos papeles con total impunidad.

Citas para el 4%

Los apuntes en las agendas de Millet y Montull que Llinares descubrió que permanecieron en el Palau registran encuentros con Carles Torrent, tesorero ya fallecido, con el entonces diputado y alto cargo de CDC Jaume Camps -quedó fuera del juicio porque sus supuestos delitos habrían prescrito-, con el sustituto de Torrent, Daniel Osàcar y con el entonces delegado de Ferrovial en Cataluña y también encausado Pedro Buenaventura.

Toda esa documentación fue aportada a la causa en su momento sin que Llinares tuviera acceso al sumario. Sirvió para completar el puzzle del saqueo. En la actualidad, Llinares trabaja para el Ayuntamiento de Barcelona como responsable de los servicios jurídicos y de transparencia. Su declaración en el juzgado se produce un día antes de la comparecencia prevista para este miércoles de Artur Mas y Germà Gordó en el Parlamento catalán y en el que deberán responder a la oposición sobre la confesiones de Millet y los Montull, así como por lo aportado a la causa por Llinares.

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