Menú

Junqueras se postula como candidato para parar los pies a Puigdemont

ERC pone el nombre de su líder preso en Estremera para frenar la operación Sànchez y que el expresidente retenga el control de la Generalidad

ERC pone el nombre de su líder preso en Estremera para frenar la operación Sànchez y que el expresidente retenga el control de la Generalidad
Junqueras, poco antes de su ingreso en prisión | EFE

ERC propondrá el nombre de Oriol Junqueras como candidato a la presidencia de la Generalidad si Puigdemont se encastilla en su posición de mantener el control efectivo del gobierno catalán. El expresidente pretende alcanzar un estatus de presidente de facto sin salir de la mansión en Waterloo que sería a la vez residencia oficial y sede de la república catalana en el "exilio".

Puigdemont aspira a nombrar no sólo a su sustituto, sino que quiere retener atribuciones del cargo como la de designar y cesar consejeros o la disolución del Parlament y la convocatoria de elecciones. Su posición actual es que si ERC se aviene a esas condiciones, Puigdemont cedería el paso al encarcelado Jordi Sànchez en primer lugar y al investigado Jordi Turull como recambio ante las previsibles dificultades jurídicas y logísticas de ser investido y dirigir la Generalidad desde la cárcel de Soto del Real.

Los republicanos han replicado a esa "oferta" con el nombre de su líder, Oriol Junqueras, como aspirante a la presidencia, según la emisora de la Generalidad Catalunya Ràdio. En la "lógica" de Puigdemont de reinstaurar en la medida de lo posible el gobierno catalán previo al 155, Junqueras cuadra más que Jordi Sànchez, puesto que el primero era vicepresidente de la Generalidad y Sànchez presidía la ANC, que según se ha dicho todos estos últimos años no tiene nada que ver ni con la administración ni con los partidos nacionalistas.

ERC aspira a disuadir a Puigdemont en una batalla en la que los medios públicos y los subvencionados apuestan por el residente en Bélgica y la antedicha ANC se ha decantado a favor de la estrategia de confrontación absoluta con el Estado. En ese contexto, los republicanos airean la figura de Junqueras, igual de preso que Sànchez y el único que podría discutir en igual de condiciones con un Puigdemont erigido en presidente de una república catalana en Bélgica para manejar un gobierno autonómico títere en Cataluña.

Los condicionantes judiciales pesan más en ERC que en el entorno de Puigdemont, cuyos fieles no sólo están fuera de la lupa del Supremo, sino que han seguido ostentado sus cargos en la Generalidad a pesar de hacer campaña con el fugitivo. El caso de Elsa Artadi, directora general de "coordinación interdepartamental" de la administración autonómica hasta la obtención de su acta como diputada del grupo parlamentario de Junts per Catalunya, es el más relevante.

ERC ya ha dejado de hablar de la urgencia de revocar el artículo 155, argumento que no ha hecho la más mínima mella en Puigdemont y su entorno, conocedores de primera mano de la suavidad con la que se lleva a cabo su aplicación. La carta de Junqueras es su último cartucho en una negociación que según afirma el huido en su cuenta de Instagram es "compleja", comentario que acompaña con la foto de unos libros entre los que se encuentran Frankenstein, El señor de los anillos y la Política de Aristóteles junto a la reproducción en miniatura de una urna del referéndum del 1-O.

Frente a esa estampa, Junqueras opone el cuadro de la prisión de Estremera y ERC se resiste a aceptar las leoninas condiciones de Puigdemont.

Temas

En España

    0
    comentarios