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Casado y Rivera, un difícil inicio para una futura cohabitación

La propuesta del líder de CS termina encrespando los ánimos con el PP, que lo descarta como vicepresidente. Arrimadas lamenta la "chulería" de Casado.

La propuesta del líder de CS termina encrespando los ánimos con el PP, que lo descarta como vicepresidente. Arrimadas lamenta la "chulería" de Casado.
Pablo Casado y Albert Rivera | EFE

Pasadas las siete de la tarde del martes, el equipo de Albert Rivera avisaba entre bambalinas: "Atentos, que el jefe va a soltar algo importante". El líder de Ciudadanos se disponía a dar un mitin de precampaña en La Coruña, tras haber visitado por la mañana al sector pesquero en Vigo, donde despachaba en declaraciones a los medios asuntos de actualidad del día como la carta del presidente México al Rey o la propuesta de Podemos sobre la financiación de las campañas.

Pero el plato fuerte, su oferta de Gobierno de coalición a Pablo Casado, se lo reservaba para última hora, frisando el cierre de las redacciones, con el fin de lograr mayor impacto. Objetivo conseguido en cuanto a la notoriedad, pues este miércoles la propuesta rodaba de tertulia en tertulia. Sin embargo, lejos de acercar posturas con el PP, los ánimos se caldeaban notablemente entre ambas formaciones.

La primera respuesta de Casado llegaba este mismo martes por la noche. Desde Ceuta, donde participaba en un acto, el líder del Partido Popular lamentaba que la mano tendida de Ciudadanos llegara "demasiado tarde" cuando ya se habían cerrado las listas al Congreso y Senado. Los naranjas habían rechazado en las últimas semanas la iniciativa del PP para presentar candidaturas conjuntas a la Cámara Alta.

Pero la partida de ajedrez no se acababa ahí. Desde Sevilla, la portavoz nacional de Ciudadanos, Inés Arrimadas, reiteraba la oferta de Rivera e incluso situaba a su jefe de filas como presidente de ese eventual Ejecutivo.

Tareas de Exteriores para Rivera

Sus palabras llegaban hasta Melilla, donde Casado visitaba la frontera de Beni Ensar. Pasada la una del mediodía, el líder del PP tomaba la palabra. Tras hacer un repaso a la actualidad de la ciudad autónoma, lanzaba un regalo envenenado a su homólogo naranja: daba un sí al Gobierno de coalición, pero despojaba a Rivera del puesto de vicepresidente: "Rivera sería un excelente ministro de Exteriores".

Los populares celebraban en su sede Génova lo que consideraban un golpe de efecto y se mostraban convencidos en privado de que la iniciativa de Rivera les había "empujado al centro".

La respuesta, esta vez abiertamente airada de Ciudadanos, llegaba de boca de su número dos, José Manuel Villegas. En una entrevista en La Sexta, la mano derecha de Rivera pedía a Casado no ir tan "sobrado" y mayor "seriedad", ya que el "principal objetivo", remarcaba, "debe ser echar a Sánchez de La Moncloa". En la misma línea se manifestaba a última hora del miércoles Arrimadas, durante un acto en Palma de Mallorca, donde lamentaba la "chulería" de Casado. En privado, fuentes de la dirección naranja negaban estar molestos con la propuesta del ministerio, pero remarcaban su preocupación porque el líder de la oposición parezca no tomarse en "serio" la propuesta formal de gobernar España en coalición.

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