Para este viaje de ida y vuelta al marianismo hubiera bastado Soraya Sáenz de Santamaría, que, siendo tan rajoyista como Casado, es más brillante que él.
Los compañeros de la auténticamente 'popular' portavoz han esperado al peor momento para ejecutar la peor decisión, que ojalá les pase la factura que merecen pagar por su fechoría.