Una vez más, el Gobierno de Pedro Sánchez vuelve a aferrarse a la ley de secretos oficiales para evitar aclarar el coste y despliegue de uno de sus viajes. En esta ocasión, el Ejecutivo se niega a informar a la oposición del viaje que el presidente realizó el pasado mes de febrero a Emiratos Árabes Unidos para asistir al Día de España en la Exposición Universal en Dubái, una cita a la que acudió acompañado de 45 personas, entre ellas su mujer, Begoña Gómez, y varios ministros.
A mediados de dicho mes, los diputados del PP Valentina Martínez y Pablo Hispán presentaron una pregunta parlamentaria interesándose tanto por el coste total del viaje como por saber por qué Sánchez estuvo acompañado por tantas personas y cuál era la función de todos y cada uno de los miembros de la delegación.
Casi dos meses después, el Gobierno ha respondido al principal partido de la oposición remitiéndose a la ley de secretos oficiales de 1986, defendiendo que "tanto los informes sobre movimientos de aeronaves militares como los planes de protección de autoridades y pasajeros sometidas a la misma y, en concreto, los informes y datos estadísticos sobre movimientos de fuerzas, buques o aeronaves militares, deben tratarse como materia clasificada con el máximo grado de protección".
Un despliegue desproporcionado
El Gobierno evita aclarar así tanto el motivo por el que la delegación que viajó junto a Sánchez en un vuelo de la Fuerza Aérea española a Dubái fue tan numerosa como el coste que tuvo este desplazamiento, algo que ya ha ocurrido en numerosas ocasiones. "El total de personas que acompañaban al presidente triplicó al número de empresarios españoles que fueron a la Expo", denunciaron Martínez e Hispán.
Según los dos diputados populares, Sánchez viajó a la Expo de Dubái con 45 personas, entre ellas 14 escoltas y cuatro personas de protocolo, así como nueve miembros del área de comunicación y tres sanitarios para un viaje de "apenas 28 horas".
Además, el presidente del Gobierno también estuvo acompañado por su mujer, Begoña Gómez, así como por los ministros de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, y de Industria, Reyes Maroto.