
Pedro Sánchez quiere irse de vacaciones con la reactivación de la "mesa de diálogo" de cara a la negociación presupuestaria que comenzará en septiembre, cuando el Ejecutivo lleve el techo de gasto al Congreso. A partir de ahí, comenzará la elaboración de las cuentas de 2023. Los votos de ERC, aunque no son indispensables, sí que le garantizarían al Gobierno aprobar con comodidad los PGE.
En las últimas semanas, el Gobierno ha conseguido atemperar el enfado de los separatistas que ya le han prometido que respaldarán su reforma de la ley del CGPJ, para asaltar el Constitucional, y se abstendrán en la Ley de Memoria Democrática, aunque no descartan votar a favor si el Gobierno se compromete a derogar la Ley de Amnistía y crear un centro de Memoria en la comisaría de Vía Laietana, algo que cuenta con la frontal oposición de la ministra de Defensa, Margarita Robles.
Reactivar la mesa de diálogo
El Gobierno sabe que para volver a tener a ERC de su lado necesita reactivar la mesa de diálogo, algo que ha ido aplazando en los últimos meses por diferentes motivos (caso Pegasus, elecciones en Castilla y León o Andalucía).
Precisamente, la convocatoria electoral ha pasado de ser un problema de cara a la opinión pública a una virtud. Sánchez tiene que recibir en La Moncloa al presidente de Castilla y León Alfonso Fernández Mañueco, investido con los votos de Vox en abril, y al presidente de Andalucía, Juanma Moreno, que recibirá el respaldo del Parlamento andaluz la próxima semana. En La Moncloa trabajan en diluir el impacto mediático de la reunión con Pere Aragonés poniéndola entre Mañueco y Moreno.
Los equipos de La Moncloa y el Gobierno catalán llevan varias semanas preparando esta reunión para la que todavía no hay una fecha cerrada. Los preparativos se ha acelerado desde la reunión de Villagrá y Félix Bolaños el pasado 21 de junio en Madrid. Ahora, sólo quedan los últimos flecos, que se perfilarán este viernes con otro encuentro entre el ministro de Presidencia y la consejera catalana. Ambos cerrarán la "cumbre" entre Sánchez y Aragonés para la segunda quincena de julio, con la mayoría de los españoles de vacaciones.
También se está trabajando en el escenario. En la "mesa de diálogo" del pasado mes de septiembre, Sánchez fue recibido, con honores de presidente extranjero en visita oficial, en el Palacio de la Generalidad. Ahora, La Moncloa quiere que sea en sus instalaciones, las mismas en las que se reunirá con Moreno y Mañueco, para rebajar el impacto mediático del encuentro.


