A los sobrecostes que la desbocada inflación exige a las familias este inicio de curso, el Gobierno impone uno más: el obligado cambio de libros de texto como consecuencia de la entrada en vigor de los nuevos currículos educativos derivados de la Lomloe. Los manuales utilizados hasta ahora quedarán desterrados para que el Ejecutivo de Pedro Sánchez introduzca los nuevos textos adoctrinadores, algo que supondrá nada menos que 200 euros de media por familia y niño, según estima la Confederación Católica Nacional de Padres de Familia y Padres de Alumnos (CONCAPA).
En declaraciones a Libertad Digital, su presidente, Pedro José Caballero, explica que, a pesar de que la ley prohíbe que los libros de texto cambien antes de cuatro años, todos los centros escolares de nuestro país se verán obligados a hacerlo este año como consecuencia de la nueva normativa, tal y como ha sucedido en otras ocasiones. De esta forma, ni los hermanos podrán beneficiarse de heredar libros, ni las familias podrán recurrir a canales de segunda mano o a bancos de préstamo de libros en muchas comunidades. Tan sólo los becados podrán respirar tranquilos.
Hasta 800 euros más por niño
"Estos días salen muchos estudios de lo que ha subido la vuelta al cole con la inflación al 10%, pero pocos tienen en cuenta este gasto extra que se suma a todo lo demás -denuncia el presidente de CONCAPA-. La horquilla que estamos barajando es de una subida total de más de 200 euros por alumno y curso en las comunidades más baratas y de hasta 800 euros en las más caras, así que es evidente que esto va a ser un verdadero caos para muchas familias que no sabemos cómo van a poder afrontarlo".
En ese cómputo, Caballero incluye, además de los nuevos manuales, la subida del material escolar, los uniformes, el comedor o las extraescolares, lo que hará que muchos hogares se vean obligados a cambiar sus hábitos, con la consecuente repercusión que esto puede tener en otros ámbitos. "Muchas familias, por ejemplo, van a tener que renunciar a las extraescolares y eso, a su vez, perjudica a las ampas (asociaciones de madres y padres), que no van a tener ingresos para hacer sus actividades complementarias para el alumnado, así que estamos ante una pescadilla que se muerde la cola".
El gasto se acumula en septiembre
El retraso en la publicación de los nuevos currículos educativos también contribuye a que la cuesta de septiembre sea esta vez más cuesta que nunca. Otros años, los españoles repartían el gasto y muchos dejaban ya comprados en junio todos o parte de los libros que iban a necesitar el curso siguiente. , sin embargo, hay centros educativos que siguen sin dar a conocer los manuales que utilizarán el curso que está a punto de comenzar, por lo que todos los gastos se concentrarán en un único mes.
"Hay gente que ha sido previsora y, si se ha ido de vacaciones después de dos años sin salir por culpa de la pandemia, lo ha hecho menos días de lo que lo solía hacer otras veces -explica Caballero-. De 15 o 20 días que se pasaban fuera, ahora han reducido a una semana y ese dinero lo han guardado en previsión de lo que pudiera pasar. El que no lo haya hecho, veremos a ver cómo afronta todo el gasto extra que va a tener que hacer".