
El Gobierno se repliega sobre si mismo. Basándose en la máxima de que no hay mejor ataque que una buena defensa, Pedro Sánchez ha vuelto a defender las medidas aprobadas anti-crisis aprobadas por su Ejecutivo. Como si el problema demoscópicos de La Moncloa, que el CIS niega, fuese que los ciudadanos no conocen las medidas aprobadas hasta ahora.
La Moncloa prometió que centrarían el discurso de Sánchez en la política fiscal y así ha sido. El presidente ha atacado la política impositiva de las comunidades del PP y que también han seguido algunos barones socialistas como Puig o Page. "No es razonable que se establezca una suerte de disputa fiscal indiscriminada a la baja que a la postre lo que va a hacer es debilitar el estado del bienestar", ha afirmado Sánchez quien ha prometido que "pondrán todos los recursos" para proteger a los ciudadanos.
Contra las grandes empresas
El presidente ha defendido que haya un reparto "equitativo" de las consecuencias de la crisis y ha arremetido contras las grandes fortunas que se están beneficiando" de "los efectos de la crisis". "Tienen el deber moral de devolver a la sociedad una parte de lo que recibieron durante la pandemia", ha afirmado Sánchez sobre las grandes empresas.
Sánchez ha sacado su lado más populista para prometer que las consecuencias de esta crisis "no recaigan en los hombros de siempre". "Que aporten los que más tienen", ha afirmado Sánchez quien ha lamentado, en referencia al PP, que "ese impuesto sea criticado por aquellos que defienden al 0,2% más pudiente".
No faltará energía
Sánchez ha prometido que, de cara al invierno, "no se van a adoptar medidas drásticas" ni "apocalípticas" aunque ha remitido "dos escenarios a Bruselas guardando eventualidades". "A ningún hogar español le va a faltar energía para calentarse y cocinar este invierno", ha augurado el presidente que ha arremetido contra la oposición del PP a la excepción gasística de España y Portugal . "Que los que hablaron de timo ibérico, rectificaran. Creo que sería bueno", ha añadido mirando a Feijóo.
Un gran equipo y paisaje idílico
Sánchez ha defendido que se necesitan recursos económicos para fortalecer el "Estado del bienestar" y para ello ha recurrido en varias ocasiones al recuerdo de la pandemia del coronavirus. "En los momentos duros, todos queríamos Estado del bienestar" , ha afirmado Sánchez quien ha asegurado que no se olvida " de que entramos en la pandemia con 30.000 profesionales sanitarios menos después de una década de recortes".
El presidente del Gobierno ha reconocido que su Ejecutivo "puede cometer errores". "No teníamos un manual de instrucciones", se ha justificado y aunque no quiere "edulcorar" la situación, ha pintado una paisaje mucho más idílico que el de la mayoría de previsiones económicas. "Los precios siguen estando muy altos pero España es el país de la UE que más ha reducido su inflación en el último mes", ha afirmado Sánchez quien ha asegurado que se están preparando "para todas las eventualidades".
El presidente ha aprovechado sus últimos minutos para presumir de tener "el mejor equipo", en especial "a las tres vicepresidentas a las que ha mencionado una por una. Incluso ha definido a Teresa Ribera como "una pionera". La vicepresidenta tercera, visiblemente enrojecida, acaba por sumarse a la ovación que le dedicaba la bancada socialista.
