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Vox rebaja el tono de su crítica al PP ante un Feijóo "desinflado" con el que "temen no sumar"

Las últimas encuestas recogen una caída de los dos partidos de la derecha que empieza a preocupar a los de Abascal.

Las últimas encuestas recogen una caída de los dos partidos de la derecha que empieza a preocupar a los de Abascal.
El líder de VOX, Santiago Abascal, conversa con el portavoz del partido en el Congreso, Iván Espinosa de los Monteros, en el Congreso. | EFE

Vox inició el curso político endureciendo el tono contra un PP disparado en las encuestas por la llegada de Alberto Núñez Feijóo a la presidencia. Santiago Abascal, Iván Espinosa o Jorge Buxadé equipararon al partido con el PSOE, dijeron que forma parte del "bipartidismo", pusieron en duda que cumpla sus promesas y le compararon con Mariano Rajoy. Una estrategia que parece haber cambiado en los últimos días.

Ante el primer fracaso de Feijóo como presidente del PP por las negociaciones sobre el CGPJ, el partido de Abascal podría haber optado por hacer sangre con lo ocurrido minando aún más su imagen pero, en lugar de eso, la formación se ha limitado a criticar que se abriera a negociar con el PSOE o que haya intentado repartirse el órgano de poder de los jueces, sin cuestionar en exceso su liderazgo o su valía.

"Empezamos a tener que no dé la suma", reconocen algunos dirigentes del partido en privado al comprobar cómo las encuestas reflejan un frenazo del PP y la posibilidad de que la derecha no consiga la mayoría absoluta. Sondeos que todavía no recogen el sentir de los ciudadanos tras el fracaso de las negociaciones para renovar el CGPJ. "Feijóo ha quedado muy mal", añaden desde el partido de Abascal tras lo ocurrido.

Vox opta por un perfil bajo

En público, sin embargo, los dirigentes guardan las formas y evitan meter el dedo en la llaga, imitando el comportamiento que mantuvieron durante la etapa final de Pablo Casado al frente del PP, cuando las encuestas recogían que era incapaz de aglutinar voto suficiente para sumar con Vox. Sin esa mayoría, cualquier resultado posible para los de Abascal, por bueno que sea, será siempre insuficiente si no sirve para echar a Pedro Sánchez de La Moncloa.

El vicepresidente político de Vox, Jorge Buxadé, dio la semana pasada la bienvenida a la ruptura de las negociaciones entre PP y PSOE. Aunque se mostró escéptico, no incidió demasiado en su crítica contra Feijóo cuando fue preguntado por los medios durante un desayuno informativo.

Tampoco a través de twitter los principales líderes de Vox han entrado a valorar lo ocurrido desde que se congelaron los contactos, más allá del portavoz parlamentario, Iván Espinosa, que señaló las contradicciones del PP cuando excusó su ruptura por el delito de sedición que el Gobierno de Pedro Sánchez dijo querer rebajar. Desde la cuenta oficial del partido sí han presumido de que el acuerdo no se ha firmado "gracias a la existencia de Vox".

Previamente, tanto Iván Espinosa, en declaraciones desde el Congreso, como Santiago Abascal, a través de las redes sociales, advirtieron a Feijóo de las implicaciones que tenía ceder ante Pedro Sánchez pactando la renovación del CGPJ. No sólo por el daño que hacían a la independencia judicial, sino por lo que suponía para España y el PP llegar a un acuerdo con el PSOE de Pedro Sánchez.

Fuentes de Vox vienen advirtiendo, desde hace semanas, que el llamado efecto Feijóo se ha frenado y lo dan por amortizado, presumiendo de que Vox se mantiene en las encuestas. En los últimos días, ven incluso al líder del PP "desinflado" por su error al haber intentado negociar con un presidente que "no es de fiar".

"Nadie que pacte con el diablo sale ganando", advirtió Espinosa al líder del PP en plenas negociaciones con el PSOE para renovar el CGPJ. Profecía que se ha cumplido a la vista de lo mal parado que ha salido Feijóo tras entablar contactos con Sánchez, sin calibrar previamente las consecuencias.

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