El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha realizado este jueves un balance de su primer año al frente de la formación. Unos meses que, ha reconocido, comenzaron de forma convulsa con la crisis que se llevó por delante a la anterior dirección popular encabezada por Pablo Casado. "Fue una crisis aguda y profunda", ha dicho, "pero corta en el tiempo".
Recuperados ya en Génova, Feijóo ha presumido de la victoria andaluza, de "haber ordenado" el partido y de tener ya prácticamente a todos sus candidatos autonómicos y municipales. Tras ello, el líder del PP ha entrado en la valoración general del año político. Ha cargado duramente contra el asalto institucional protagonizado por el gobierno de Pedro Sánchez y contra su afán por "desproteger al Estado" con sus reformas como la eliminación del delito de sedición para contentar a los separatistas.
Frente a ello, ha anunciado que en las primeras semanas de 2023, él presentará un "plan de calidad institucional" que, entre otros objetivos, perseguirá poner fin a lo que ha denominado "política de bloques enfrentados" y que las instituciones "vuelvan a estar al servicio de la ciudadanía y no de las vanidades de los gobernantes".
Este plan institucional, en el que está trabajando Esteban González Pons, ha dicho, guiará la "futura acción de gobierno" del PP e incluirá medidas para "evitar casos de nepotismo" en las instituciones del Estado con el fin de que "gobiernen los mejores servidores y no lo más adeptos más fieles" al líder.
Tras este anuncio, ha cargado contra las promesas incumplidas de Pedro Sánchez que han favorecido a aquellos que han lanzado un golpe al Estado como los separatistas. En el PP aseguran que están convencidos de que Sánchez permitirá otro referéndum con el que ya amenaza el presidente catalán Pere Aragonés.

