
Como si nada hubiese pasado, Pedro Sánchez ha seguido adelante con la RAN (Reunión de Alto Nivel) entre España y Marruecos. Durante su discurso, el presidente del Gobierno español ha pedido "evitar todo aquello que sabemos que ofende a la otra parte, especialmente, en lo que afecta a nuestras respectivas esferas de soberanía".
La afirmación llega tras el plantón de Mohamed VI y tras el reconocimiento, el año pasado, de la autonomía marroquí del Sáhara como la opción "más viable". Una cesión que no se ha correspondido por parte de las autoridades alauitas con las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. Dos territorios que siguen ambicionando para su plan de Gran Marruecos. Sánchez ha prometido que "recurriremos siempre al diálogo y no a los hechos consumados".
Satisfecho con el Gobierno marroquí
Sánchez ha elogiado al Gobierno marroquí y su "agenda de trabajo" para "impulsar toda la relación bilateral". Entre las medidas, el jefe del ejecutivo español ha destacado "un diálogo reforzado desde el punto de vista político y de seguridad", con la creación de un mecanismo que vigilará que se cumplan los acuerdos, y una "asociación económica avanzada" que "acompañarán al extraordinario proceso de desarrollo que está experimentando el Reino de Marruecos"
Sánchez ha defendido un avance "armónico" en todos los ámbitos. En ese sentido, las "aduanas comerciales" de Ceuta y Melilla seguirán abriéndose "de forma progresiva". A la RAN le han acompañado once ministros. De la lista inicial, doce, se ha caído la ministra de Justicia, Pilar Llop, por estar negociando la ley del "sí es sí"

