
En el Gobierno ya habían tomado la decisión de que la respuesta a Ramón Tamames y a Santiago Abascal en la moción de censura la diesen el presidente, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, aunque se guardan alguna sorpresa en el cajón y no quieren desvelar "el formato" final.
Por eso, ayer causó una gran sorpresa que la ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, saliese al pasillo del Congreso a pedir que la respuesta la diesen sólo ministras. Lo que le pondría a ella y a la titular de Igualdad, Irene Montero, en el foco.
"Sería una imagen muy positiva ante la ultraderecha", afirmaba Belarra que tildaba a la moción de "esperpento". La propuesta no gustaba a los ministros socialistas. Creen que, con la excusa del feminismo, Ione Belarra e Irene Montero "buscan invisibilizar que Yolanda Díaz es la vicepresidenta" mientras tratan de diluir su intervención y ocultar a Sánchez.
Cualquiera podría intervenir
Algunos ministros reconocen que, con el reglamento en la mano, cualquiera del banco azul podría levantar la mano y participar en el debate. Hay antecedentes. En la moción de censura de Felipe González a Adolfo Suárez en 1980, varios ministros que se sintieron interpelados levantaron la mano y dieron réplica al líder socialista.
En el Gobierno no dudan que, aunque pueda participar alguna vicepresidenta más, la respuesta a Vox "pivotará" en la figura de Sánchez y que cualquier otra intervención será "acordada" y "consensuada".
El presidente del Gobierno puede intervenir en cualquier momento. No se descarta que, tras el grueso de la réplica el martes, pueda hacer otra el miércoles, cuando intervengan los partidos mayoritarios, como cierre. De momento, la Moncloa sigue negociando con Díaz los detalles de un "formato" que se conocerá el mismo día de la moción: el martes 21 de marzo.

