Pese a la escenografía perfectamente preparada por el PSOE y a que el presidente se ha acercado a votar a primera hora de la mañana, un momento en el que los colegios electorales no suelen estar muy llenos, Pedro Sánchez ha tenido que escuchar este domingo la frase que le perseguirá mientras esté en política: "¡Que te vote Txapote Sánchez!".
El grito lo ha lanzado con un llamativo sentido de la oportunidad un ciudadano justo cuando el líder del PSOE estaba empezando a atender a los medios, lo que ha provocado la visible contrariedad del socialista, que rápidamente ha comentado que "esta es la pena, que tenemos por desgracia en una jornada electoral, en una democracia tan importante, tenemos a los intolerantes, la descalificación, el ruido, la crispación y el insulto".
Por supuesto, el presidente no ha pronunciado ni en estas declaraciones ni en ningún otro momento de la campaña ni una palabra sobre los graves insultos que se han proferido constantemente desde partidos como Podemos, en no pocos casos a ciudadanos particulares, ni tampoco sobre los numerosos escándalos de compra de votos, alteración de los censos o de otro tipo que ha protagonizado su partido durante los últimos días.
Después de eso el presidente ha vuelto al carril de las declaraciones habituales en estas citas, pidiendo un voto "en positivo, olvidando esta intolerancia, este ruido, está descalificación, esta crispación que trata de instalar una minoría". Además, Sánchez ha tratado de arrimar el ascua a su sardina electoral pidiendo que la gente vote por "lo importante", que en su opinión son "la sanidad pública, la educación pública, las políticas de vivienda para los jóvenes".