
Las cesiones prosiguen y todas en la misma dirección. El PSOE navarro, tras pactar la gobernabilidad foral con Bildu, ha regalado el control del Instituto Navarro del Euskera -el vascuence es lengua cooficial en el País Vasco, no en Navarra- a un separatista impulsado por Geroa Bai, la marca blanca del PNV en Navarra.
Pedro Sánchez consagra, de este modo, todo un sistema de reparto de funciones entre proetarras y separatistas que siempre acaba en la misma conclusión: el avance en la agenda de integración de Navarra en el País Vasco.
Nuevo cargo clave. Y nueva entrega de puestos decisivos al separatismo. Se trata del director del Instituto Navarro del Euskera (Euskarabidea). Un cargo que ocupará Jabier Arakama, licenciado en Administración y Dirección de Empresas, con grado medio en Saxofón y que, entre agosto de 2015 y junio de 2019, ejerció como asistente parlamentario de Geroa Bai. Es más, la pasada legislatura (2019-2023) fue parlamentario de esta misma formación separatista, marca blanca del PNV en Navarra. Desde el año 2020, es, como prueba de su ascenso en el partido, secretario de Políticas Socialverdes del partido Geroa – Socialverdes de Navarra en Europa. Y este pasado mes de agosto de 2023 ha sido designado director gerente de Euskarabidea-Instituto Navarro del Euskera. Traducido: que el impulso del vascuence -lengua cooficial en el País Vasco, pero no en Navarra- recae, gracias al PSN-PSOE de María Chivite, en manos de un separatista.
Y Arakama no lo será en cualquier momento: El Instituto Navarro del Euskera contará en esta legislatura con los fondos necesarios para impulsar la campaña denominada Euskera ahora. Se trata de un plan de implantación de la enseñanza del euskera que cuenta ya con el respaldo de 33 entidades locales y otra entidades como el centro público Zubiarte, las escuelas oficiales de idiomas y los denominados euskaltegis sociales de AEK e IKA y Bai&by.
Y todo ello ocurre mientras Bildu ha empezado a preparar el terreno para un plan que pretende activar la integración de Navarra en el País Vasco una vez haya dado un paso previo: el de alcanzar el poder del Gobierno regional del País Vasco. Los de Arnaldo Otegi saben que han obtenido más voto global que el PNV en las dos últimas contiendas electorales -el 28-M y el 23-J- y si consiguen arrebatar la presidencia vasca al PNV tienen claro que empezarán a trabajar para activar la denominada como Disposición Transitoria Cuarta de la Constitución Española, un mecanismo que permite la absorción de Navarra por el País Vasco. Para los proetarras sería el logro, al menos parcial, de su ansiada Euskal Herria. Para Navarra, el fin de su existencia como comunidad foral.
Y en esa misma línea, el separatismo considera decisiva la euskaldunización de Navarra, plan en el que esquema lingüístico y educativo es decisivo.
La clave de esta batalla se centra en al Disposición Transitoria Cuarta de la Constitución. Un punto que señala que "en el caso de Navarra, y a efectos de su incorporación al Consejo General Vasco o al régimen autonómico vasco que le sustituya, en lugar de lo que establece el artículo 143 de la Constitución, la iniciativa corresponde al órgano Foral competente, el cual adoptará su decisión por mayoría de los miembros que lo componen". Para aceptar la validez de dicha iniciativa "será preciso, además, que la decisión del Órgano Foral competente sea ratificada por referéndum expresamente convocado al efecto, y aprobado por mayoría de los votos válidos emitidos".
No se trata de un mecanismo sencillo de lograr. Y, en principio, debería resultarle difícil a Bildu conseguir el respaldo necesario en el mencionado referéndum. Pero Bildu ya ha empezado a filtrar entre sus filas el deseo de trabajar en la dirección necesaria para lograr esa meta: la de empezar a construir su soñada Euskal Herria. Al menos, por lo que respecta a la parte española de los que los separatistas y proetarras vascos reclaman como su supuesta tierra natural.

