
El estreno de Vox en los gobiernos autonómicos y locales no está siendo nada fácil. Aunque el partido ha ganado poder de influencia, como ha ocurrido con su reciente entrada en el gobierno de Valencia, afronta varias crisis internas que han estallado cuando apenas se cumplen cien días desde que echaron a andar algunos ejecutivos. Baleares ha seguido la estela de Extremadura, a las que se suman disputas en Gijón o Ceuta.
Vox Baleares sorprendía anunciado a mediados de semana que sustituía a su portavoz adjunto, Xisco Cardona, al que ha seguido la coordinadora del grupo parlamentario y jefa de prensa, Carla Sarabia, después de manifestar públicamente su oposición a tumbar la propuesta del PP para el techo de gasto, en respuesta a la abstención en una PNL del partido de Abascal para implantar desde 2024 la libre elección de lengua en la aulas.
Los populares de Marga Prohens intentaron enmendar el texto pero un error en los trámites acabó impidiéndolo y Vox Baleares decidió responder abriendo una crisis con el Gobierno, en plenas negociaciones para sacar adelante los presupuestos autonómicos. Lo ocurrido ha destapado en realidad una crisis interna en el partido, dividido en dos desde la marcha de Jorge Campos a Madrid para ser diputado en el Congreso. Abascal afronta una rebelión interna que podría tener graves consecuencias para el gobierno, tal y como adelantó Libertad Digital.
"Agencia de colocación" en Extremadura
En Extremadura, la consejera Camino Limia dimitió hace dos semanas y fue sustituida por Ignacio Higuero. Entre otros motivos, distintas fuentes apuntan a su desencanto con la forma de proceder de la dirección nacional, que nombró a todo su equipo (desde el jefe de gabinete al secretario o el personal de prensa) sin tener en cuenta su criterio. La mayoría de ellos, designados a dedo por ser cercanos a Kiko Méndez Monasterio y al diputado nacional por Badajoz, Ignacio Hoces.
Miembros del partido señalan que gran parte del problema parte del férreo control que ejerce la dirección nacional sobre las provincias para temas de gestión, no cuestiones ideológicas en las que, admiten, la estrategia debe marcarse a nivel nacional. Estas personas se quejan de que los equipos provinciales no gozan de ninguna autonomía para abordar problemas de ámbito local, provocando ineficiencias.
"La estrategia del ordeno y mando dificulta el trabajo diario de los equipos provinciales", aseguran. "No se puede dirigir todo desde un despacho en Madrid y que cualquier pequeña decisión necesite el visto bueno de la dirección nacional, incluida la contratación de personal o la gestión de entrevistas", explican.
La situación actual le viene heredada al actual secretario general, Ignacio Garriga, al que asiste la vicesecretaria de organización, María Ruiz, que llevan meses intentando poner orden y limar asperezas con los territorios. Aunque la mayoría destaca su trato más amable, señalan que la verdadera influencia la ejercen personas sin cargo orgánico, como Kiko Méndez Monasterio, encargado de negociar la mayoría de acuerdos autonómicos, lo que dificulta la relación entre la dirección nacional y las provincias.
Esto ha derivado en dos problemas: en algunos territorios provoca la marcha forzosa de sus miembros, como ha ocurrido con la consejera de Extremadura, mientras que en otros, como en Baleares, lleva a la rebelión de parte de sus integrantes, lo que recuerda a lo vivido en Murcia la pasada legislatura, donde perdieron todo poder de influencia al expulsar a tres de sus cuatro miembros por desavenencias.
Gijón y Ceuta, en problemas
Una situación similar se ha vivido también en Gijón, donde su concejal Óliver Suárez ha decidido abandonar el partido y pasarse al grupo de los no adscritos después de que el gobierno tripartito, liderado por la alcaldesa Carmen Moriyón, de Foro, expulsara a Vox de la coalición cuando la otra concejal, Sara Álvarez Rouco, quiso imponer su propio criterio en el Festival Internacional de Cine sin consensuarlo con el gobierno municipal.
También en Ceuta el partido afronta dificultades después de que su diputado allí, Carlos Verdejo, haya sido sustituido como portavoz en la Asamblea tras protagonizar algunos encontronazos con el presidente provincial, Juan Sergio Redondo, según apuntan distintas fuentes.
El propio Verdejo escribía en X algunos mensajes que evidencian su desacuerdo con esta decisión y, en los últimos tiempos, se ha hecho eco de mensajes de Javier Ortega Smith, alejado desde hace tiempo de Santiago Abascal, o de Víctor Sánchez del Real, exdiputado nacional por Badajoz que fue expulsado de las listas del 23-J y que en plena crisis de Vox en Extremadura escribió que "hay días que valgo más por lo que callo que por lo que digo".
PD: el cambio en la portavocía es decisión exclusiva, hasta donde yo sé, del Presidente de VOX Ceuta.
— Carlos Verdejo (@VerdejoCeuta) October 16, 2023
Hay días que valgo más por lo que callo que por lo que cuento.
— VíctorSánchezdelReal (@sanchezdelreal) October 5, 2023
Las crisis desatadas en distintos territorios adquieren especial relevancia porque se producen cuando acaban de constituirse los gobiernos autonómicos y municipales, sin que se haya podido producir todavía un desgaste derivado de la gestión o asperezas que pueden surgir entre socios, en este caso el PP. La situación revela las dificultades del partido para lograr encauzar la situación en provincias, por lo que este tipo de crisis pueden acabar extendiéndose a más lugares.

