Vox no ha salido indemne de la crisis interna abierta en Baleares. Su diputado Xisco Cardona ha anunciado a primera hora de este jueves que deja todos sus cargos en el partido aunque mantiene el acta de diputado y pasará al grupo de los no adscritos. Los de Santiago Abascal pierden así un representante y pasan a tener siete que no ponen en peligro el gobierno del PP, que necesita cuatro votos afirmativos para sacar adelante sus propuestas.
Cardona ha tomado la decisión después de la reunión que el secretario general, Ignacio Garriga, mantuvo ayer en Barcelona con tres de los diputados del grupo, incluida su portavoz Idoia Ribas, a la que la dirección nacional mostró su respaldo si garantizaba la unidad y la coordinación con Madrid en adelante. Aunque Garriga mostró también su apoyo a Cardona, no pudo restituirle en su puesto de portavoz adjunto, lo que le ha llevado a abandonar el partido.
El exportavoz adjunto de Vox convocó anoche a los medios para comunicar a primera hora de esta mañana que su permanencia en en el partido se torna "inviable". "Han pagado mi lealtad con deslealtad", ha criticado, puesto que se había alineado con la postura de la dirección nacional, partidaria de posponer la PNL sobre el español para dar margen al PP de introducir enmiendas y no perjudicar la relación entre ambos.
La líder del grupo, Idoia Ribas, decidió apartarle del cargo sin el aval de Madrid que, para evitar perder el control del partido y su influencia en las islas, decidía ayer mantener la paz con los diputados que amenazaba con rebelarse, dado que los díscolos sumaban mayoría de cinco frente a tres. Como consecuencia, Cardona salía perjudicado y optaba esta mañana por dejar el partido.
La crisis se salda con su salida, a la espera de que Vox Baleares sea capaz de reconstruir puentes con el PP para aprobar el techo de gasto propuesto por la presidenta, Marga Prohens, garantizando al defensa del español en las aulas, como les exigió ayer Garriga.