Tras anunciar a bombo y platillo la cesión "integral" de las competencias y recursos de la política de inmigración a Cataluña, el presidente del Gobierno niega ahora la mayor en una entrevista concedida al diario El País. "Las materias vinculadas con la expulsión de los migrantes están residenciadas en la Administración General del Estado", asegura Pedro Sánchez tras ser preguntado hasta la extenuación para que aclare en qué consiste exactamente el pacto con Junts.
Así, según la versión ofrecida ahora por el presidente, aunque ellos pedirán lo que consideren, lo único que se les dará es "lo que ya está reconocido en el Estatuto de Autonomía de Cataluña en materia de política migratoria", pero en ningún caso tendrán la competencia para expulsar inmigrantes. "Tenemos un pacto de migración y asilo firmado con Europa, donde a lo que vamos precisamente no es a una centrifugación, sino una mayor coordinación de las políticas de migración. Pero, insisto, esto no es que lo diga yo, lo dice la Constitución, lo dice el Estatuto de autonomía de Cataluña y lo dice el pacto de migración y asilo que acabamos de firmar hace dos meses", se justifica.
En todo caso, este y otros asuntos estarán sobre la mesa en la reunión que aún tiene pendiente mantener con Carles Puigdemont pero que, según dice, no se celebrará antes de que se apruebe la ley de amnistía: "Mi intención es hacerlo después. Y también con Junqueras. Es lógico. Si estamos normalizando la situación en Cataluña, si nosotros hemos indultado previamente a estos líderes independentistas y a otros, efectivamente, junto con otra mucha gente, si vamos a proceder a un hecho trascendente como es la amnistía, pues es evidente que tendremos que encontrarnos y hablar".
Niega que haya un chantaje
Sobre el bochorno vivido en el Congreso durante la votación de los tres últimos decretos del Gobierno, Sánchez también tiene una visión muy particular. "Yo entiendo el interés mediático por el suspense en el resultado de las votaciones, pero creo que lo importante para los ciudadanos es lo que se aprueba", asegura quitando hierro al chantaje y poniendo el acento en la importante labor que, a su juicio, esta haciendo el Ejecutivo. "Estamos haciendo algo muy importante para la convivencia: que partidos independentistas que antes de ayer se negaban a investir a un presidente del Gobierno español, o incluso a participar en la gobernabilidad del país, hoy lo están haciendo. Hoy no están discutiendo sobre la declaración de independencia, están discutiendo sobre cuál va a ser el IVA del aceite de oliva, o cuál va a ser el abono y la bonificación al transporte público en los distintos territorios", presume.
Así, a pesar de que reconoce que la legislatura no será fácil, dice mantener firme su convicción de llegar hasta el final: "Por supuesto que vamos a gobernar durante cuatro años". Según defiende, se necesitará "tiempo, mucha paciencia y determinación". "Yo tengo todos los del mundo", apunta. Sin embargo, niega sentirse chantajeado. "No, lo que estamos haciendo es ser coherentes con el Título VIII de nuestra Constitución. Estamos en un Estado autonómico y tenemos que compartir competencias sobre políticas que nos afectan a todos, como la migratoria".
También tiene su propia versión de lo ocurrido en Navarra, tras entregar el Ayuntamiento de Pamplona a los proetarras. "Es una decisión local", defiende, al tiempo que circunscribe la trascendencia de lo acontecido a este ámbito y a unos ciudadanos que "llevaban cinco años sin presupuestos". A nivel nacional, dice que aún queda "muchísimo" para plantearse formar un gobierno juntos. Sin embargo, reconoce abiertamente que seguirá apoyándose en Bildu para seguir en La Moncloa: "Yo voy a pedir el voto de todos los grupos parlamentarios que sean posibles para avanzar en derechos sociales".
De Podemos al partidismo de las instituciones
Sobre el fracaso del decreto de Yolanda Díaz, el presidente muestra todo su apoyo a la líder de Sumar y responsabiliza directamente a la formación morada. "La máxima de no tomar decisiones en base a las tripas, sino con la cabeza y el corazón, es una de las lecciones que tiene que plantearse Podemos".
En la entrevista, realizada por la propia directora del diario El País, Pepa Bueno, y el periodista Carlos Cue, también le preguntan por otros asuntos espinosos como la renovación del CGPJ o la colonización de numerosas instituciones del Estado por cargos socialistas. Sobre el primero, el presidente del Gobierno vuelve a arremeter contra el PP y a acusarle de saltarse la Constitución, pero confía en "llegar a un acuerdo, aunque sea con la mediación de la Comisión Europea". Sobre el segundo, niega que se trate de nombramientos partidistas.
"Va a dar la sensación de que nadie va a poder hacer política", se queja Sánchez, que echa balones fuera recordando otros nombramientos del PP y defendiendo particularmente al nuevo director de la agencia EFE. "Lo que hay que reprochar, por ejemplo, es que el presidente del Tribunal Constitucional, como ocurrió con Mariano Rajoy al frente del Gobierno, fuera una persona con el carné del Partido Popular. Pero que una persona haya sido secretario de Estado, luego vuelva a su puesto de trabajo, esté dos años trabajando en su puesto de trabajo como periodista, que yo creo que además tiene todo el crédito del mundo, y luego vuelva a la función pública...". De Cándido Conde Pumpido o del bochorno de Tezanos al frente del CIS, ni palabra.