El que fuera la sombra del exministro José Luis Ábalos, Koldo García Izaguirre, ha sido detenido este miércoles por su supuesta pertenencia a una trama que se habría dedicado a cobrar comisiones ilegales por la venta de mascarillas durante la pandemia del coronavirus. Asesor, chófer y escolta personal del extitular de Fomento, el también exconcejal socialista fue el encargado de custodiar los avales de la polémicas primarias que auparon a Pedro Sánchez como secretario general del PSOE, el mismo que le llegó a calificar de "ejemplo para la militancia" hace años, e incluso llegó a ser nombrado consejero de Renfe y a jugar un papel clave en el llamado Delcygate. Sin embargo, a su historia no le falta ningún ingrediente.
De condena en condena
Nacido en Baracaldo (Vizcaya), Koldo empezó trabajando como guardia de seguridad, aunque, tal y como trascendió hace años, se sacaba un extra ejerciendo como portero de un club de alterne de Pamplona llamado Rosalex. Inicialmente, se dedicaba a vigilar obras y fue precisamente lo sucedido en una de ellas lo que le valió su primera condena conocida.
Era el 17 de mayo de 1991. El hoy detenido protegía un vertedero, cuando un vecino se quejó de que un camión obstruía la calzada. Él y otros compañeros le propinaron tal paliza que le rompieron varias costillas y los huesos de una mano, además de provocarle contusiones por toda la espalda. El último golpe, el que casi lo mata, se lo dio precisamente Koldo, por lo que la Justicia le condenó a dos años, cuatro meses y un día de prisión. Sin embargo, nunca llegaría a entrar en prisión, ya que, en 1996, el Gobierno le concedió el indulto.
Un "ejemplo" para Sánchez
De vigilante de seguridad, Koldo pasó a ser escolta de numerosos concejales de UPN y del PSN, partido del que posteriormente él mismo se convertiría en edil en Huarte. Fue durante la legislatura 2011-2015, años en los que tuvo la oportunidad de conocer al hoy presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quien en 2014 le presentó como el "último aizkolari socialista" y llegó a calificarle de "ejemplo para la militancia", como todavía se puede comprobar en su cuenta de Facebook.
Aquellos elogios llegaron a pesar de que hasta los propios vecinos del pueblo ya se habían manifestado en su contra en 2011, cuando fue condenado por propinar otra paliza a un chaval de 16 años que, durante la celebración de la victoria de España en el Mundial un año antes, llevaba una camiseta con el lema "Independentzia".
De los avales de Sánchez al Delcygate
Nada de eso impidió que el diera el salto a Madrid, donde fue el encargado de custodiar las urnas con los avales de las primarias que auparon a Pedro Sánchez como secretario General del PSOE. Gracias al navarro Santos Cerdán, Koldo se acercó a José Luis Ábalos y terminó siendo su sombra, tanto en los años en los que ejerció como secretario de Organización, como en aquellos que en los que ostentó la cartera de Transportes. Desde entonces, ha ido saltando de polémica en polémica.
Sin ir más lejos, él fue quien acompañó a Ábalos en 2020 durante el llamado Delcygate, el escándalo que saltó con la llegada a España de la vicepresidenta del régimen venezolano, Delcy Rodríguez, en enero de 2020, a pesar de que tenía prohibida la entrada en el espacio Schengen. Ambos se presentaron en el aeropuerto de Barajas, donde se reunieron con ella en secreto antes de que partiera hacia Doha en un vuelo comercial desde la T4.
Por si fuera poco, en plena polémica, Ábalos decidió nombrarle consejero de Renfe Mercancías. También colocó a su mujer como ayudante de secretaria en el Ministerio de Transportes, un empleo que exigía una cualificación superior a la que tenía la esposa de Koldo, que únicamente tenía experiencia como técnico en Actividades Turísticas y Riesgos laborales. Habitualmente, dichos puestos suelen ser ocupados por funcionarios que acceden a la plaza tras aprobar una oposición y, en todo caso, la elegida ni siquiera tenía experiencia en nada relacionado con el transporte.
Por si fuera poco, a Ábalos también le salpicaría el polémico viaje en noviembre de 2020 a las Islas Canarias en plena crisis migratoria. Tras participar en varios actos oficiales, el exministro pasó un fin de semana en el Hotel Palacio de Isora junto a su familia y junto a Koldo. Una estancia que costó a las arcas públicas más de 7.000 euros y en la que pudieron disfrutar de todo lujo de detalles, con botellas de Moët Chandon incluidas. Aquel también era el año de la pandemia, un año que, a juzgar por su detención, la mano derecha del exministro habría aprovechado para hacer todo tipo de negocios.