El Partido Popular hizo una apuesta arriesgada al plantear las elecciones europeas como un plebiscito sobre la política nacional. Si la jugada no sale como preveían, el resultado podría perjudicar la imagen de Alberto Núñez Feijóo y beneficiar a Pedro Sánchez. De ahí que el partido se haya volcado las últimas horas para movilizar al electorado y evitar que una baja participación arroje un empate con el PSOE.
La estrategia de la polarización promovida por Sánchez, para engullir a la izquierda, podría dar sus frutos, sobre todo si la derecha acaba, de nuevo, dividida en tres por la entrada de Alvise en el Parlamento europeo. El PP no oculta su preocupación ante un resultado "apretado" que permita al PSOE seguir con sus políticas y prolongue una legislatura agónica, en la que el Gobierno no ha podido aprobar siquiera sus primeros Presupuestos Generales del Estado.
"Si la gente no participa pasa lo de julio", advierten en el partido. El fantasma de lo ocurrido el 23-J, cuando la derecha se quedó a sólo cuatro escaños de gobernar, sigue pesando mucho, hasta el punto de haber reajustado la estrategia de campaña. Si el partido daba antes por segura una victoria, ahora opta por rebajar expectativas para evitar que los votantes se confíen y decidan no acudir a las urnas. En el mejor de los escenarios hablan de llegar a 23 eurodiputados, con un PSOE en los 20.
Con ánimo de despertar a sus bases, el PP ha ido reduciendo de forma paulatina las referencias a los asuntos europeos, como la economía, el campo o la inmigración, para situar el eje del debate en la corrupción del PSOE y la amnistía. Dos asuntos que propician el choque directo entre Feijóo y Sánchez, y que sacan de la ecuación a los de Abascal, más presentes cuando la contienda giraba en torno al conflicto con Israel y la supuesta amenaza de la "ultraderecha", con Milei o Meloni como excusa.
Dominar el debate
Los de Feijóo han esquivado a Vox hasta casi el final de la campaña, cuando han salido a responder a las críticas de Abascal, que llegó a calificar de "romería" la concentración convocada por el PP en contra de al amnistía. "No sé quién asesora a Santi", llegó a decir en Es la Mañana de Federico el líder del PP, que concedió su última entrevista radiofónica de la contienda a esRadio.
El PP confía en que la imputación de Begoña Gómez no beneficie al PSOE, pese a los intentos de Sánchez de dar la vuelta a la situación. "Si tan buena noticia es la imputación de Begoña para movilizar a su electorado ¿por qué sacan a Albares para intentar cambiar la conversación?", trasladan fuentes del partido, en referencia al anuncio hecho por el ministro de Exteriores para personarse en la Corte Penal Internacional contra Israel.
Los de Feijóo avanzan que "es clave analizar el escrutinio" e mañana y "extrapolar el resultado a unas generales" para comprobar "si los cuatro escaños que faltaron en julio siguen faltando o si, por el contrario, ahora podríamos lograrlos gracias a la subida del centro derecha y la derecha, y a la bajada de los partidos de izquierda y de los nacionalistas".
En el partido han podido romper con la maldición de la segunda semana de campaña, llegando a presumir de que el Gobierno no ha podido dominar el debate público durante los últimos días, asediado por la corrupción que afecta al propio presidente. "Han ido siempre a rebufo", destacan fuentes del PP, recordando que en varias ocasiones han intentado colar otros temas para tapar sus escándalos, sin éxito.
El mayor riesgo de todos, admiten, es que los electores se queden en casa porque abre la puerta a cualquier resultado y toda medición va a pasar por comparar al PP con el PSOE, aunque no vote ni la mitad de la población, lo que dificultaría poder hacer una lectura exacta de lo ocurriría en unas generales, donde la participación suele superar el 70%.