La resaca política tras la ruptura entre PP y Vox en los cinco gobierno autonómicos – Castilla y León, Murcia, Comunidad Valenciana, Extremadura y Aragón - ha venido protagonizada por el abandono de varios cargos regionales que, siguiendo la voluntad de sus electores, han decidido darse de baja de Vox para intentar continuar con el mandato. Los más recientes son el concejal de Vox en Teguise, Ginés González, y el concejal en Badajoz Carlos Pérez. Ambos justifican su marcha en las decisiones "inaceptables" y "tomadas por la testosterona" de la dirección nacional.
Mientras, los de Abascal señalan como responsable al Partido Popular por no respetar "las normas del juego democrático". "Estamos viendo unos movimientos en los que ellos están tentando, llamando, intentando persuadir a cargos nuestros para que abandonen el partido y se pasen al Partido Popular", ha afirmado el portavoz nacional de Vox, José Antonio Fúster en rueda de prensa.
El goteo de salidas viene motivado, según Vox, por el Partido Popular, al "alentar el transfuguismo", un hecho que Fúster ha calificado como "corrupción", aunque dicen respetar la voluntad "personal" de aquellos que optan por permanecer con el PP.
Vox continúa defendiendo que su decisión está basada en sus propias "convicciones y principios", aunque esta es la principal crítica a la que se acogen los dirigentes autonómicos de Vox que consideran "irresponsable" la ruptura. "Me resulta incomprensible e injustificable que se hayan echado por tierra unos pactos de gobernabilidad que estaban dando sus primeros frutos", ha manifestado el ya exconsejero de agricultura en Aragón, Ángel Samper.
Respecto a la posibilidad de romper los acuerdos locales entre PP y Vox en los más de 140 ayuntamientos después de su fractura en los cinco gobiernos regionales, los de Santiago Abascal rechazan por ahora esa posibilidad justificando que "no es el mismo Partido Popular".