Por segunda vez en menos de un año y medio, Pedro Sánchez visitará China. El mismo presidente del Gobierno español que tardó cinco años en ser recibido en la Casa Blanca, volverá al Gran Salón del Pueblo de Pekin en menos de 18 meses. El objetivo, según Moncloa, es "atraer inversiones" y "estrechar relaciones".
Aunque Sánchez partirá este fin de semana, la agenda oficial comenzará el lunes en Pekin, cuando se reúna con el primer ministro, Li Qiang, quien, tras la firma de varios acuerdos, le ofrecerá un almuerzo al que asistirán más "representantes".
Le seguirá un encuentro con el presidente de la Asamblea Popular Nacional, Zhang Dejiang. Ya por la tarde, Sánchez tendrá una cena con el presidente Chino, Xi Jinping, quien le agasajará con una cena en su honor, aunque será en un formato más reducido que la comida con el jefe del ejecutivo.
Por el medio, Moncloa asegura que Sánchez inaugurará un foro-hispano chino, inaugurará un complejo industrial con 15 empresas españolas y 21 chinas o se reunirá con empresarios que quieren conocer la situación española.
Una sola rueda de prensa
Habrá que esperar más de dos días para tener una valoración de Sánchez sobre sus encuentros con Jinping. No habrá una rueda de prensa hasta el miércoles. Será desde un clúster a 20 kilómetros de Shangai. En este polo industrial están empresas españolas como el Grupo Antolín o Mondragón.
Antes, Sánchez tendrá una reunión con el secretario general del Partido Comunista en Shangai, Chen Jining, visitará un acelerador de empresas o inaugurará el Instituto Cervantes en esta ciudad. Todas las reuniones de Sánchez serán a puerta cerrada. Moncloa promete imágenes enlatadas y emplaza a los periodistas que acuden en el Falcon a la rueda de prensa que se celebrará al final de la gira.
Desde el Gobierno prometen que, además de atraer inversiones, se hablará sobre disputas comerciales, para dejar clara la posición española de evitar guerras arancelarias.
También auguran que se tratarán temas de geopolítica con especial énfasis a la situación de América Latina, uno de los fuertes de la política exterior española. Desde hace años, el Sudamérica es junto con África, los continentes prioritarios para la diplomacia pekinesa.
Estrechando las relaciones con el PCCh
Las relaciones entre el actual inquilino de la Moncloa y el líder chino empiezan a ser habituales. Al poco de llegar a la Moncloa, Jinping fue recibido con honores en una visita de Estado en el Palacio Real. Aunque las relaciones se han intensificado en los últimos meses.
Este pasado mes de mayo, la cúpula del Partido Comunista Chino visitó Ferraz para reunirse con la vicesecretaria general y vicepresidenta primera, María Jesús Montero, el secretario de organización, Santos Cerdán, y el expresidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.
La dirección del PSOE informó del encuentro mediante una escueta nota de prensa en la que se comunicaba que se habían "tratado temas relacionados con las relaciones bilaterales entre ambos países así como las interacciones entre los dos partidos".
En la fotografía se excluía a Zapatero, pese a que la nota informaba de su asistencia. Sí estaban en cambio el miembro del Buró Político, Yin Li, y el embajador chino en España, Yao Jing. No eran los únicos representantes del partido Comunista del país más poblado del planeta. Según la nota de prensa, habían acudido otras siete personas más aunque no se detallaba su cargo.
Zapatero, clave en las buenas relaciones
Detrás de estas buenas relaciones emerge la figura de Zapatero. El expresidente figura en el Claustro de Honor de la "Cátedra China". Se trata de una "asociación sin ánimo de lucro" que, según su web, "pretende llegar a los diferentes estamentos de la sociedad para acercar la realidad de China y España en ambos países".
Esta organización estuvo detrás del viaje a Pekín del líder de los socialistas madrileños, Juan Lobato, durante este pasado mes de agosto. No estuvo solo, le acompañaron los alcaldes de Ciempozuelos y Fuentidueña del Tajo o varios diputados de la Asamblea de Madrid. La delegación española visitó la sede de Huawei y se reunió con varios dirigentes del Partido Comunista China.