Pedro Sánchez necesita volver a tomar la iniciativa y alejar el foco mediático de Venezuela después de esta semana horribilis para el Gobierno, que podría prolongarse los próximos días. Para conseguirlo, Moncloa anunciaba, precisamente ayer, en plena crisis con Venezuela, que ya ha iniciado los contactos con los gobiernos autonómicos para poner en marcha los encuentros bilaterales con los presidentes de cada comunidad.
El jefe del Ejecutivo dijo a la vuelta de vacaciones que les convocaría "uno a uno", pero sin fecha a la vista. Ayer, en pleno enfado de Caracas por las palabras de la ministra Margarita Robles llamando "dictadura" al régimen de Nicolás Maduro, y tras el varapalo del Congreso reconociendo a Edmundo González como presidente electo, el Gobierno informaba de que iniciaba "los contactos con los gobiernos autonómicos para empezar a celebrar las reuniones bilaterales".
"El Ejecutivo contactará con los presidentes autonómicos, por orden estatutario, para cerrar los detalles y calendario de encuentros, que se celebrarán en el Palacio de la Moncloa", trasladan desde el Gobierno a los medios, a lo que añaden que "en los próximos días se concretarán más detalles sobre el inicio de esta ronda de contactos".
Venezuela seguirá marcando la actualidad política la próxima semana, ya que el Senado reconocerá el próximo martes a Edmundo González, con la mayoría absoluta del PP, y el jueves podría hacerlo también el Parlamento europeo. En paralelo, Sánchez podría celebrar ya el primero de los encuentros con los diferentes presidentes autonómicos.
Objetivo, dividir al PP
Una ronda de reuniones que el Ejecutivo defiende como necesaria para "reforzar y fortalecer la colaboración entre el Estado y los gobiernos autonómicos, potenciar el diálogo e impulsar el entendimiento institucional entre las distintas administraciones", pero que se anunció después de que el Gobierno tentara a las regiones del PP ofreciendo "financiaciones singulares" o "quitas" para dividir al partido en su batalla contra el cupo catalán.
La reunión de Alberto Núñez Feijóo con "los 14 del PP" puso freno al intento de Sánchez de provocar una brecha en la oposición, ya que las 12 regiones gobernadas por el partido, además de Ceuta y Melilla, se han comprometido a no abordar nada que tenga que ver con la financiación autonómica en los encuentros con Sánchez. Isabel Díaz Ayuso es la única que mantiene la duda sobre si acudirá a la cita.
Ya sólo los preparativos de las distintas citas marcarán buena parte de la actualidad mediática, después que Sánchez no haya conseguido el éxito que preveía en su gira por China, que se resume en el desconcierto que ha provocado en Bruselas su giro rechazando ahora la imposición de aranceles al coche eléctrico, cuando antes había defendido la medida.
La ristra de fracasos de Sánchez
Su reunión con Edmundo González en Moncloa sin reconocerle como presidente del Gobierno sirvió para evidenciar aún más las contradicciones en las que entra permanentemente el Gobierno con este asunto. Un día después se reunía con el opositor venezolano Mariano Rajoy, cuando José Luis Rodríguez Zapatero sigue desparecido y guardando silencio al respecto.
Estos fracasos en política exterior se suman a la gira por África y los bandazos del Gobierno en política migratoria. El presidente tuvo que rectificar su anuncio para traer a 250.000 inmigrantes a España, ante la alarma generada, para pasar a decir que es necesario combatir la inmigración ilegal, vinculándola incluso con la inseguridad ciudadana.
En paralelo a estos fracasos, Feijóo conseguía firmar un acuerdo migratorio con el presidente de Canarias, Fernando Clavijo, además de asestar la primera derrota del curso político al Gobierno en el Congreso por Venezuela, y reunirse además con el primer ministro griego en una gira que le llevará a varios países de Europa para abordar la inmigración ilegal. Asuntos todos ellos que han provocado el enfado del Ejecutivo, que le acusa de querer ser presidente sin haber sido investido.