
Quedan 72 horas para que la vicepresidenta segunda, María Jesús Montero, comparezca en la tribuna del Congreso de los Diputados para dar cuenta del acuerdo entre PSC y ERC sobre la financiación singular de Cataluña, que alzó al socialista Salvador Illa como presidente catalán. También este jueves tendrá lugar la votación en la Cámara Baja de la senda de estabilidad del Ejecutivo Central.
El Gobierno de Pedro Sánchez trata de preparar el revés que sospechan tras la negativa de Junts a apoyar este paso previo para dar luz verde a los Presupuestos Generales del Estado. Junts tiene claro que si no cambian la actual propuesta su voto será igual al que se acogieron en julio, lanzando así un claro mensaje al presidente del Gobierno. Los siete votos de Junts son indispensables para que avance la legislatura.
Los de Carles Puigdemont quieren tensar la cuerda mientras fuentes socialistas recomiendan a Junts que revisen su estrategia política. "Se lo tienen que hacer mirar" ,recordando su voto en contra en la proposición sobre el alquiler temporal de Sumar que ha motivado que cientos de personas se hayan manifestado a las puertas de las sedes de Junts al grito de "traidores".
Por ahora el Gobierno de Pedro Sánchez mantiene los ánimos y no descarta seguir hasta 2027 sin cuentas públicas, aunque reconoce que la legislatura va a ser difícil. En este sentido, fuentes del Ejecutivo central critican que Junts "aún no haya digerido la investidura de Illa", justificando así "el antes y después" que supuso para los de Carles Puigdemont el pasado ocho de agosto que ha desembocado en una escasa colaboración con el Gobierno de coalición.
Junts ya cumplió con sus amenazas y no descarta más plantones al Ejecutivo de Pedro Sánchez que no puede "olvidar que no tiene mayoría parlamentaria". Sin poder político en el Parlamento de Cataluña y sin una amnistía que beneficie a Carles Puigdemont, el partido independentista es la ficha necesaria de Pedro Sánchez para acabar la legislatura.