La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha acaparado buena parte del protagonismo este miércoles en la sesión de control al Gobierno ante la ausencia, de nuevo, del presidente, Pedro Sánchez, que está de viaje en Nueva York. La vicepresidenta ha tenido que hacer frente a las preguntas de PP y Podemos sobre la decisión de retirar la senda de déficit por la falta de apoyo parlamentario de sus socios de Junts. "El Gobierno va a traer los Presupuestos", prometía la ministra , ante el asedio de la oposición.
La portavoz del Ejecutivo, Pilar Alegría, ya dijo ayer que la decisión de retrasar la votación sobre el techo de gasto, paso previo para los PGE, tenía como objetivo el "diálogo" y la "negociación" con los de Carles Puigdemont, que se mantienen firmes en su exigencia de pedir más margen para que las Comunidades puedan endeudarse. La posición enrocada de Junts, y la mano tendida del Gobierno, auguran posibles cesiones.
La secretaria general del PP, Cuca Gamarra, reprochaba a Montero perder las votaciones de las últimas semanas, lo que le ha forzado a retirar incluso su proyecto para evitar una nueva derrota. "Eso se llama dar la espantada", criticaba la diputada del PP, que también reprochaba al Gobierno la corrupción que afecta a Pedro Sánchez. Montero insistía en acusar al PP de "intereses partidistas" y fabricar "bulos y mentiras" de "organizaciones ultraderechistas para seguir planteando infundios sobre el entorno del presidente".
Borja Sémper reprochaba a Montero sus "excusas" ante todos los escándalos que les rodean. "No saben ni quieren gobernar, quieren estar en el poder", decía reclamando la convocatoria anticipada de elecciones. La vicepresidenta, visiblemente nerviosa, incluso apelaba a la presidenta de las Cortes, Francina Armengol, para que ordenara callar a los diputados que armaban bullicio. "Este Gobierno va a seguir trabajando para mejorar la vida de los españoles", insistía.