
Hay que remontarse al Congreso del PSOE en Valencia, en 2021, para encontrar la última reunión a solas entre el presidente de Castilla la Mancha, Emiliano García Page, y el jefe del Ejecutivo nacional, Pedro Sánchez. Más tiempo hay que remontarse en la hemeroteca para hallar la única instantánea de ambos en La Moncloa: fue en 2018. Seis años después, ambos se han vuelto a encontrar en una sala del Palacio.
Ambos tenían mucho que decirse y eso se notó en la duración: dos horas de reunión en un ambiente "respetuoso y cordial" pero con pocos puntos de unión. Si el presidente de la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón, calificó de "fructífera" el encuentro con Sánchez, Page no deslizó ningún adjetivo favorable al encuentro.
El barón díscolo del PSOE no se cortó en sus reproches y aseguraba que, de cara a una reforma del sistema de financiación, "no daba por válido el documento planteado por los independentista". Lo que sí exhibió es su veteranía, es el presidente autonómico que pasará por esta ronda que más tiempo lleva en el cargo, para alertar al resto de presidentes autonómicos que piden debatir la financiación en el seno del Consejo de Política Fiscal y Financiera.
La trampa del Gobierno
Page recordó que en este órgano el Gobierno ya tiene el 50% de los votos y que, si algunas se ausenta o con el voto favorable de Cataluña, "ya tendrían mayoría". El barón no obstante, cree que tienen que hablar antes entre todas las autonomías y que el documento que llegue al Consejo tendría que ser acordado por la mayoría.
El presidente de Castilla la Mancha solicita que la reforma sea "de todo el sistema" y que no se tome como el base el acuerdo con ERC que, a su juicio, "es un concierto como la copa de un pino" y que "se mira en el cupo vasco". "Es inadmisible", ha reiterado en otra ocasión. Pese a los dos horas de charla, Page admitía que salía con "idéntica" información sobre el cupo que la que tenía antes.
Contra el "dumping" de Madrid
Page presentó a Sánchez un documento de 194 epígrafes y varios anexos. El primero, se centra en financiación autonómica y muestra su rechazo al cupo catalán. "Los territorios no pagamos impuestos, pagan más lo que más tienen y menos los que menos tienen", afirmaba Page que pedía no dividir la riqueza en 17. Tras recordar que el 90% de su presupuesto se va en educación, sanidad y dependencia, Page solicitaba que no haya "privilegios posibles" en esta materia.
Más afín a las tesis del PSOE es su propuesta de "una ley de armonización" para evitar el dumping fiscal que iría en contra de la autonomía fiscal de Madrid. "No se puede pedir por un lado y regalar por el otro", afirmaba Page.
De pirómanos y bombas lapa
Aunque admitía alguna "coincidencias" con el Gobierno en alguna materia, como la transición ecológica, Page mostraba su "discrepancia en el modelo de país" y "los pactos que nos llevan a perder nuestra centralidad". En ese sentido, afeaba al Gobierno su pacto con Bildu para reformar la ley de seguridad ciudadana. "Si tuviera que redactar la ley de incendios forestales al último que llamaría es a un pirómano", terciaba en otra ocasión. Más controvertida era su broma sobre la tensión que todos se esperaban con este encuentro. "El PP esperaba que viniera una bomba lapa", ironizaba Page.
Desde el Gobierno, el ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, enmarcaba en la normalidad las críticas de Page y afirmaba que "todas las comunidades han tenido más recursos y que todas recibirán más".