El partido de Yolanda Díaz quiere dar una vuelta de tuerca al sistema de adoctrinamiento en los colegios. Y lo quiere hacer con "orientadores". Además, los quiere en LGTBIQA+. Los orientadores en todas esas siglas, por supuesto, deberían ser seleccionados según sus criterios: los de los comunistas.
El plan pasa por "ejecutar nuevas campañas en medios y redes sociales que visibilicen el acoso escolar, su amplia presencia en las aulas y el grave peligro que conlleva para la comunidad educativa y la sociedad en su conjunto".
Formación para el profesorado
Dos, "diseñar y desarrollar programas de formación específicos en diversidad sexual y de identidad de género dirigidos al profesorado, con el objetivo de dotar de herramientas pedagógicas para prevenir los casos de acoso escolar por LGTBIfobia. Asimismo, se organizarán actividades de divulgación dirigidas al profesorado, familias y alumnado, para facilitar la detección del acoso escolar y el ciberacoso en todas sus formas, formando en la resolución pacífica de los conflictos, la tolerancia y la mediación".
El tercer punto pasa por "impulsar la socialización cultural del alumnado basada en el respeto a las diferencias y diversidades, incluyendo la sexual y de género, edad, origen social, nacional o étnico, lugar de procedencia o discapacidad, y basada también en el combate al acoso y a las violencias que se sufren por estas mismas razones". Esa socialización será según sus criterios, por supuesto.
Refuerzo de orientadores
Y el cuarto punto se centra ya en los "orientadores": "Reforzar y aumentar el número de orientadores presentes en todos los centros educativos públicos que puedan abordar casos de acoso escolar, mediar en conflictos y que tengan conocimientos sobre diversidad sexual y de género para poder atender a estudiantes LGTBIQA+. Se reforzará tendiendo hacia un orientador/a por cada 250 alumnos/as". Toda una cantera de colocación de cargos públicos.
Sus exigencias siguen: el quinto punto pasa por continuar trabajando e impulsar medidas para la imprescindible bajada de ratios, hecho factible debido al contexto escolar de caída del volumen de la población escolar".
Plan integral para la convivencia escolar
El sexto punto quiere "promover la realización de un plan-marco para la convivencia escolar, contando con el Consejo Escolar del Estado y con los Consejos Escolares Autonómicos, así como con instituciones relevantes de otros ámbitos de la Administración pública, orientados a una intervención multiprofesional e integral: en centros y barrios, con familias y tutores, y con medidas de apoyo al profesorado (formación en mediación, recursos de aula, asistencia letrada gratuita, equipos de mediadores…)".
Y el séptimo y último apartado exige "promover la creación de gabinetes en las Comunidades Autónomas que trabajen específicamente y promuevan el Bienestar Emocional del alumnado, un aspecto crucial para la salud mental de los/as estudiantes. Estos gabinetes trabajarán conjuntamente con la figura del Coordinador o Coordinadora de Bienestar de los centros escolares, que a su vez tendrán una reducción de su horario lectivo u otras medidas equivalentes que compensen el tiempo dedicado a dicho trabajo, así como formación adicional reconocida y compensada".
Todo ello bajo supervisión del Gobierno de los socialistas y los comunistas.
Y todo ello se argumenta, según Sumar, por "la proliferación y el aumento de los discursos de odio en la última década", un factor "fundamental e inseparable del acoso escolar. Como afirma la ONG «Ayuda en Acción»: «En la última década los discursos de odio se han extendido más rápido y más lejos que nunca como resultado del crecimiento de la desinformación en las redes sociales y el aumento de la polarización... Tanto online como offline, los discursos de odio discriminan a personas en base a prejuicios negativos y tienen el potencial de generar violencia... Esto ha llegado incluso a las propias aulas de las escuelas, donde niños y niñas tienen menos herramientas críticas para hacerle frente".